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Salmo 11:3: Enfrentando desafíos con fe y confianza


Salmo 11:3 – «Si fueren destruidos los fundamentos, ¿qué ha de hacer el justo?» (RV)

Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Hoy quiero compartir con ustedes una poderosa verdad que encontramos en el Salmo 11:3. En este versículo, el salmista nos plantea una pregunta profunda y reflexiva: «Si fueren destruidos los fundamentos, ¿qué ha de hacer el justo?» Esta interrogante nos invita a considerar nuestra respuesta y actitud frente a los desafíos y adversidades que enfrentamos en nuestra vida diaria.

En primer lugar, es importante entender qué se refiere el salmista con los «fundamentos». Estos fundamentos pueden ser interpretados como los principios, valores y creencias en los que se basa nuestra fe cristiana. Son los cimientos sólidos sobre los cuales construimos nuestra vida espiritual. Pero, ¿qué sucede si estos fundamentos son destruidos? ¿Qué ocurre cuando nuestras creencias son cuestionadas o cuando enfrentamos situaciones que nos desafían a poner en duda nuestra fe?

Es en esos momentos de crisis que el salmista nos desafía a reflexionar sobre la respuesta del justo. El justo se refiere a aquel que ha sido declarado justo por la gracia de Dios a través de la fe en Jesucristo. Es aquel que ha sido redimido y reconciliado con Dios, y que busca vivir una vida en obediencia y fidelidad a su Palabra.

Cuando los fundamentos son destruidos, el justo no se desespera ni se rinde ante las circunstancias adversas. En lugar de ello, el justo se aferra a la promesa y el carácter inmutable de Dios. El justo confía en que aunque todo a su alrededor parezca caer, Dios sigue siendo el mismo, fiel y soberano sobre todas las cosas.

En tiempos de incertidumbre y desafío, el justo encuentra refugio en la presencia de Dios. El salmista nos dice en el Salmo 11:4: «Jehová está en su santo templo; Jehová tiene en el cielo su trono; sus ojos ven, sus párpados examinan a los hijos de los hombres». Aunque los fundamentos sean destruidos, Dios sigue siendo soberano y está atento a cada uno de nosotros.

El justo no se deja llevar por el temor o la ansiedad, sino que confía en la protección y el cuidado de Dios. El salmista nos dice en el Salmo 11:7: «Porque Jehová es justo, y ama la justicia; el hombre recto mirará su rostro». El justo sabe que Dios es un Dios de justicia y que, al final, prevalecerá sobre toda injusticia.

Entonces, ¿qué ha de hacer el justo cuando los fundamentos son destruidos? El justo debe mantenerse firme en su fe, confiando en la fidelidad de Dios y buscando su rostro en oración y comunión. El justo debe recordar las promesas de Dios y vivir en obediencia a su Palabra.

En momentos de adversidad, el justo es llamado a ser una luz en la oscuridad, una voz de esperanza en medio del caos. El justo no se desanima ni se desespera, sino que persevera en la fe, sabiendo que Dios tiene un propósito y un plan mayor en cada situación.

Queridos hermanos y hermanas, que el Salmo 11:3 sea un recordatorio constante de nuestra fe inquebrantable en Dios. Aunque los fundamentos sean destruidos, el justo confía en la fidelidad y la soberanía de nuestro Señor. No importa cuán difíciles sean las circunstancias, recordemos que Dios está en control y que Él nunca nos abandonará.

Confíemos en las promesas de Dios, busquemos su rostro en oración y vivamos en obediencia a su Palabra. Seamos luz en medio de la oscuridad y esperanza en medio de la adversidad. Dios nos ha llamado a ser justos y fieles en todo momento.

Que el Salmo 11:3 sea nuestro lema y nuestra fortaleza en tiempos de prueba. No importa cuán fuertes sean las tormentas que enfrentemos, el justo perseverará en su fe y será sostenido por el amor y la gracia de Dios.

«Si fueren destruidos los fundamentos, ¿qué ha de hacer el justo?» Que nuestra respuesta siempre sea confiar en Dios y vivir en obediencia a su Palabra.

Amén.

Salmo 11:3 – «Si fueren destruidos los fundamentos, ¿qué ha de hacer el justo?» (RV)