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Salmo 119:33: Guíame por tu camino eterno


Salmo 119:33 – «Enséñame, oh Jehová, el camino de tus estatutos, y lo guardaré hasta el fin.»

Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Hoy quiero compartir con ustedes una porción de las sagradas escrituras que nos llama a pedirle a nuestro amado Señor que nos enseñe su camino y que lo guardemos fielmente hasta el fin. En el Salmo 119:33, el salmista expresa su deseo de aprender y obedecer las leyes de Dios, y este versículo nos invita a hacer lo mismo.

Vivimos en un mundo lleno de distracciones y tentaciones. A menudo nos encontramos rodeados de voces que nos dicen cómo vivir nuestras vidas y qué camino debemos seguir. Pero, ¿qué voz estamos escuchando realmente? ¿Estamos siguiendo las enseñanzas del mundo o las enseñanzas de nuestro Creador?

La oración del salmista nos muestra la humildad y la dependencia que debemos tener hacia Dios. Él reconoce que no puede encontrar el camino correcto por sí mismo, sino que necesita la guía divina. Así como el salmista, debemos acudir a Dios en oración y pedirle que nos enseñe su camino.

Cuando le pedimos a Dios que nos enseñe su camino, estamos reconociendo que Él es el único que tiene la sabiduría y el conocimiento para guiarnos por el camino correcto. Nosotros, como seres humanos limitados, no podemos confiar en nuestra propia comprensión. Necesitamos la dirección de Aquel que nos creó y nos conoce mejor que nadie.

El salmista también nos muestra un compromiso de guardar los estatutos de Dios hasta el fin. No se trata solo de aprender el camino de Dios, sino de vivirlo de manera constante y perseverante. Es fácil desviarse y perder el rumbo en medio de las adversidades, pero debemos recordar que Dios está con nosotros en todo momento. Él nos fortalecerá y nos sostendrá a medida que caminamos en obediencia a su palabra.

Es importante destacar que el salmista no solo pide aprender el camino de Dios para su propio beneficio, sino para glorificar al Señor. Al guardar los estatutos de Dios, estamos mostrando al mundo su grandeza y su amor. Nuestra obediencia es un testimonio vivo de la obra transformadora de Dios en nuestras vidas.

Entonces, ¿cómo podemos aplicar este maravilloso versículo a nuestras vidas diarias? Primero, debemos buscar a Dios en oración y pedirle que nos enseñe su camino. No confiemos en nuestra propia sabiduría, sino en la guía divina. Segundo, debemos comprometernos a guardar los estatutos de Dios hasta el fin. No importa las dificultades que enfrentemos, confiemos en que Dios nos sostendrá y nos fortalecerá. Por último, recordemos que nuestra obediencia es una forma de glorificar a Dios y mostrarle al mundo su amor y su gracia.

Queridos hermanos y hermanas, el Salmo 119:33 es un recordatorio poderoso de la importancia de buscar a Dios y obedecer sus enseñanzas. No caminemos por senderos inciertos, sino que pongamos nuestra confianza en el Señor y permitamos que Él nos guíe por el camino correcto. Aprendamos de las palabras del salmista y hagamos nuestra esta hermosa oración: «Enséñame, oh Jehová, el camino de tus estatutos, y lo guardaré hasta el fin.»

Que la paz y la gracia de nuestro Señor Jesucristo estén con cada uno de ustedes.

Salmo 119:33 – «Enséñame, oh Jehová, el camino de tus estatutos, y lo guardaré hasta el fin.»