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Salmo 119:35: Guíame por el camino eterno


Cómo seguir el camino de los mandamientos de Dios

Salmo 119:35 – «Guíame por la senda de tus mandamientos, porque en ella tengo mi deleite.»

Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Hoy quiero compartir con ustedes una palabra de inspiración y aliento basada en el Salmo 119:35. Este verso nos anima a seguir los mandamientos de Dios y nos muestra la importancia de encontrar deleite en ellos.

En nuestra vida cotidiana, a menudo nos encontramos con decisiones difíciles y situaciones complicadas. Nos sentimos perdidos y buscamos una guía clara para tomar las decisiones correctas. En esos momentos, el Salmo 119:35 nos recuerda que Dios tiene un camino establecido para nosotros, un camino que está lleno de bendiciones y satisfacción.

El versículo comienza diciendo: «Guíame por la senda de tus mandamientos». Aquí, el salmista reconoce que necesitamos la dirección divina en nuestras vidas. Necesitamos que Dios nos muestre el camino que debemos seguir. Y ese camino se encuentra en los mandamientos de Dios.

Los mandamientos de Dios no son restricciones o limitaciones para nuestra libertad. Más bien, son una guía amorosa para llevarnos por el camino correcto. En ellos encontramos la sabiduría necesaria para tomar decisiones acertadas y vivir una vida plena y abundante.

Cuando decidimos seguir los mandamientos de Dios, estamos eligiendo obedecer Su voluntad y confiar en Su sabiduría. Estamos reconociendo que Él es el autor de nuestra vida y que Él sabe lo que es mejor para nosotros. Nos estamos sometiendo a Su autoridad y buscando Su dirección en todo lo que hacemos.

El salmista continúa diciendo: «porque en ella tengo mi deleite». Aquí encontramos la clave para seguir los mandamientos de Dios de manera efectiva: encontrar deleite en ellos. Cuando realmente disfrutamos de obedecer los mandamientos de Dios, nuestra obediencia se vuelve genuina y sincera.

Es fácil caer en la trampa de ver los mandamientos de Dios como una carga o una obligación. Sin embargo, si cambiamos nuestra perspectiva y vemos los mandamientos como una fuente de deleite, nuestra actitud cambia por completo. Comenzamos a ver los mandamientos como oportunidades para crecer en nuestra relación con Dios y experimentar Su amor y gracia de una manera más profunda.

Cuando encontramos deleite en seguir los mandamientos de Dios, también experimentamos paz y alegría en nuestra vida diaria. Nos liberamos de la ansiedad y la preocupación, sabiendo que estamos siguiendo el camino que Dios ha trazado para nosotros. Encontramos satisfacción en lugar de vacío, propósito en lugar de confusión.

Hermanos y hermanas, hoy los animo a reflexionar sobre el Salmo 119:35 y aplicarlo a nuestras vidas. Pidamos a Dios que nos guíe por la senda de Sus mandamientos y que nos dé un corazón dispuesto para seguir Su voluntad. Busquemos deleite en obedecer Sus mandamientos, reconociendo que en ellos encontramos la plenitud de vida que Dios desea para nosotros.

No permitamos que los mandamientos de Dios sean vistos como una carga pesada, sino como una guía amorosa para nuestra vida. Sigamos los mandamientos con alegría y gratitud, sabiendo que en ellos encontramos el camino hacia una vida abundante y llena de bendiciones.

En conclusión, el Salmo 119:35 nos recuerda que seguir los mandamientos de Dios es la clave para una vida plena y satisfactoria. Pidamos a Dios que nos guíe por Su camino y que nos ayude a encontrar deleite en obedecer Sus mandamientos. Que nuestras vidas reflejen la obediencia y el gozo que viene de seguir los caminos de Dios.

«Guíame por la senda de tus mandamientos, porque en ella tengo mi deleite.» (Salmo 119:35).

Amén.

Fuentes:
La Santa Biblia, Reina Valera 1960.