Salmo 121 Reina Valera 1995 – Un Refugio en Tiempos de Angustia
Salmo 121 Reina Valera 1995: “Alzaré mis ojos a los montes; ¿de dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra. No dará tu pie al resbaladero, ni se dormirá el que te guarda. He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel. Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha. El sol no te fatigará de día, ni la luna de noche. Jehová te guardará de todo mal; él guardará tu alma. Jehová guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre.”
Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
Hoy me gustaría compartir con ustedes un pasaje de la Biblia que ha sido una fuente de consuelo y fortaleza para muchos creyentes a lo largo de los siglos: el Salmo 121 Reina Valera 1995. Este salmo nos recuerda que en medio de nuestras dificultades y angustias, Dios es nuestro refugio y protector.
El salmista comienza diciendo: “Alzaré mis ojos a los montes; ¿de dónde vendrá mi socorro?” (Salmo 121:1). Esta pregunta retórica nos invita a reflexionar sobre la fuente de nuestra ayuda. Nos enfrentamos a problemas y desafíos en esta vida, pero debemos recordar que Dios es nuestro socorro. No importa cuán altas sean las montañas que enfrentamos, Dios está por encima de ellas y siempre está dispuesto a extendernos su mano.
El salmista continúa diciendo: “Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra” (Salmo 121:2). Estas palabras nos recuerdan la grandeza y el poder del Señor. Él es el Creador de los cielos y la tierra, y nada está fuera de su control. Podemos confiar en que Él tiene el poder para ayudarnos y protegernos en todo momento.
El salmista también destaca que Dios es nuestro guardador y protector. Él dice: “No dará tu pie al resbaladero, ni se dormirá el que te guarda” (Salmo 121:3). Nuestro Padre celestial está atento a cada paso que damos y no permitirá que caigamos. Él nos guarda de los obstáculos y peligros que podrían cruzar nuestro camino. Su vigilancia es constante, y nunca se adormece ni se distrae de cuidarnos.
Además, el salmista proclama: “Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha” (Salmo 121:5). Esta imagen poética nos muestra la cercanía y protección de Dios en nuestras vidas. Así como una sombra nos sigue a dondequiera que vayamos, Dios está siempre a nuestro lado, velando por nosotros y protegiéndonos de todo mal.
El salmista también nos recuerda que Dios nos guardará de todo mal y protegerá nuestra alma: “Jehová te guardará de todo mal; él guardará tu alma” (Salmo 121:7). No importa las dificultades que enfrentemos, podemos confiar en que Dios nos librará del mal y nos resguardará en su amoroso cuidado. Él es nuestra fortaleza y nuestro escudo en medio de las tormentas de la vida.
Finalmente, el salmista concluye diciendo: “Jehová guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre” (Salmo 121:8). Estas palabras nos aseguran que Dios está presente en cada etapa de nuestro viaje. Él nos acompañará en nuestros comienzos y nos recibirá en nuestra llegada. No importa lo que enfrentemos en este mundo, podemos tener la certeza de que Dios está con nosotros en cada paso que damos.
Queridos hermanos y hermanas, que el Salmo 121 Reina Valera 1995 sea un recordatorio constante de que Dios es nuestro refugio y protector en todo momento. No importa las montañas que enfrentemos, Él es más grande y está dispuesto a extendernos su mano. Confíen en su poder y amor, y encontrarán consuelo y fortaleza en medio de las dificultades.
Recuerden siempre que “Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha. El sol no te fatigará de día, ni la luna de noche. Jehová te guardará de todo mal; él guardará tu alma. Jehová guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre” (Salmo 121:5-8).
Que la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guarde vuestros corazones y mentes en Cristo Jesús. Amén.
Salmo 121 Reina Valera 1995.