Salmo 127.3: “He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre.”
Como ministro cristiano, es un honor poder compartir con ustedes sobre el Salmo 127.3, un versículo inspirador que nos habla acerca de la bendición de tener hijos y cómo son una herencia de parte de Dios. Este Salmo nos recuerda que los hijos son un regalo precioso que proviene del Señor.
En un mundo donde a menudo se menosprecia el valor de la vida y se ofrece una visión distorsionada de la paternidad, el Salmo 127.3 nos trae una perspectiva diferente. Nos habla de la importancia de valorar y apreciar a nuestros hijos como una bendición divina. Cada niño que nace es un regalo único y especial que Dios nos ha confiado.
Es fácil caer en la trampa de considerar a los hijos como una carga o una responsabilidad abrumadora. Sin embargo, el Salmo 127.3 nos recuerda que los hijos son una “cosa de estima”. Esto significa que son valiosos y dignos de ser apreciados. Dios nos ha dado la oportunidad de criar y educar a estos pequeños seres humanos, y debemos hacerlo con amor y dedicación.
Al mirar a nuestros hijos, debemos recordar que son una herencia de Jehová. Esto implica que Dios nos confía la tarea de cuidar, guiar y amar a estos seres tan especiales. Como padres, tenemos la responsabilidad de enseñarles los caminos de Dios, de inculcarles valores morales y espirituales, y de ser modelos de fe para ellos.
Es cierto que la crianza de los hijos puede ser desafiante y agotadora. Pero también es una experiencia maravillosa y llena de alegría. Los hijos son una fuente infinita de amor, risas y aprendizaje. A través de ellos, podemos experimentar el amor incondicional de Dios de una manera tangible.
El Salmo 127.3 nos invita a reflexionar sobre la importancia de valorar y proteger la vida de nuestros hijos desde el momento de la concepción. Cada vida es un milagro y merece ser recibida con alegría y gratitud. No importa las circunstancias en las que lleguen nuestros hijos, Dios los ha diseñado y los ha dado como una bendición para nuestras vidas.
En un mundo donde a menudo se promueve el aborto y se desvaloriza la vida, el Salmo 127.3 nos recuerda la importancia de proteger y defender la vida de nuestros hijos. Como cristianos, debemos ser voz en favor de aquellos que no pueden hablar por sí mismos. Debemos luchar por el derecho a la vida y trabajar por un mundo que valore y proteja a los más vulnerables.
Al final del día, los hijos son nuestro legado. Son aquellos que continuarán nuestra obra en este mundo. Son aquellos a quienes podemos enseñar sobre el amor de Dios y el camino de la salvación. Son aquellos a quienes podemos guiar hacia una vida plena y significativa en Cristo.
En conclusión, el Salmo 127.3 es un recordatorio poderoso de la importancia de valorar y apreciar a nuestros hijos como una herencia de parte de Dios. Nos anima a criarlos con amor y dedicación, a enseñarles los caminos de Dios y a proteger y defender su vida. Que podamos vivir según estos principios, reconociendo el valor y la importancia de cada vida que Dios nos ha confiado. Amén.
Salmo 127.3: “He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre.”
¡Que esta palabra del Salmo 127.3 resuene en nuestros corazones! Que podamos vivir cada día sabiendo que nuestros hijos son una bendición de Dios, una herencia valiosa y una fuente de alegría. Que podamos criarlos con amor y dedicación, guiándolos hacia una vida plena en Cristo. Que podamos valorar y proteger la vida de cada niño, reconociendo que son una herencia divina. Que Dios bendiga a cada uno de ustedes y a sus familias. Amén.
Salmo 127.3: “He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre.”