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Salmo 127:3-4 revela el secreto de la felicidad familiar


El Salmo 127:3-4 es un pasaje bíblico que nos recuerda la importancia de los hijos y cómo son una bendición de Dios en nuestras vidas. En este Salmo, el rey Salomón nos enseña valiosas lecciones sobre la crianza de los hijos y la bendición que estos representan para nosotros como padres.

» He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre.» (Salmo 127:3)

En este versículo, el rey Salomón nos muestra que los hijos son una herencia de Jehová. No son simplemente nuestros hijos, sino que Dios nos los ha confiado como una bendición especial. Cada niño que llega a nuestras vidas es una muestra del amor y la gracia de Dios hacia nosotros. Son un regalo precioso que debemos valorar y cuidar.

Como padres, debemos reconocer que nuestros hijos son un tesoro que debemos apreciar y valorar. No debemos tomar su existencia a la ligera, sino que debemos reconocer el propósito y la importancia que tienen en nuestras vidas. Nuestros hijos son una bendición de Dios y debemos tratarlos como tal.

«Como saetas en mano del valiente, así son los hijos habidos en la juventud. Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos; no será avergonzado, cuando hablare con los enemigos en la puerta.» (Salmo 127:4-5)

En estos versículos, Salomón nos compara a nuestros hijos con saetas en manos de un valiente. Las saetas son armas poderosas que pueden ser utilizadas para proteger y defender. Del mismo modo, nuestros hijos son una fuerza y una bendición en nuestras vidas. Son una fuente de alegría, amor y apoyo.

Cuando nuestros hijos son criados en el temor y la sabiduría de Dios, se convierten en una poderosa herramienta para el Reino de Dios. Son capaces de impactar vidas y llevar la luz de Cristo a un mundo oscuro. Por lo tanto, debemos asegurarnos de criar a nuestros hijos en un ambiente que fomente su crecimiento espiritual y los prepare para enfrentar los desafíos de la vida.

El Salmo 127:3-4 también nos enseña que aquellos que tienen hijos son bienaventurados. Ser padre o madre es un privilegio y una responsabilidad que nos ha sido dada por Dios. No debemos tomar este papel a la ligera, sino que debemos esforzarnos por criar a nuestros hijos de acuerdo con los principios y valores de Dios.

La crianza de los hijos puede ser desafiante y a veces agotadora, pero el Salmo 127:3-4 nos recuerda que aquellos que confían en Dios no serán avergonzados. Cuando criamos a nuestros hijos con amor, disciplina y enseñanzas bíblicas, estamos preparándolos para un futuro exitoso y bendecido.

En conclusión, el Salmo 127:3-4 nos enseña que nuestros hijos son una herencia de Dios y una bendición en nuestras vidas. Debemos valorar y cuidar de ellos, criándolos en el temor y la sabiduría del Señor. Cuando confiamos en Dios y seguimos sus principios en la crianza de nuestros hijos, no seremos avergonzados. Recordemos siempre la importancia de los hijos y la bendición que representan en nuestras vidas.

» He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre.» (Salmo 127:3)

«Como saetas en mano del valiente, así son los hijos habidos en la juventud. Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos; no será avergonzado, cuando hablare con los enemigos en la puerta.» (Salmo 127:4-5)

» He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre.» (Salmo 127:3)