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Salmo 138:2, el poderoso canto de gratitud


Salmo 138:2 en la versión de la Reina Valera de la Biblia dice: «Me postro hacia tu santo templo, y confieso tu nombre por tu misericordia y tu verdad; porque has engrandecido tu palabra sobre todo tu nombre». Este versículo nos invita a reflexionar sobre la importancia de la adoración y la confesión del nombre de Dios.

La adoración es un acto de profundo respeto y reverencia hacia Dios. Es cuando nos humillamos ante su presencia y reconocemos su santidad. El Salmo 138:2 nos muestra que el salmista se postra hacia el templo santo de Dios, lo cual simboliza su disposición para adorar y rendirse ante Él. Como cristianos, también debemos tener esa actitud de humildad y reverencia cuando nos acercamos a Dios en oración y adoración.

Además de adorar a Dios, el versículo también nos anima a confesar su nombre por su misericordia y verdad. Confesar el nombre de Dios implica reconocer quién es Él y qué ha hecho por nosotros. Es reconocer su soberanía, su amor y su fidelidad en nuestras vidas. Dios es misericordioso, compasivo y lleno de gracia. Él siempre cumple sus promesas y es fiel en todas sus acciones. Al confesar su nombre, estamos declarando nuestra fe en Él y su obra en nuestras vidas.

El Salmo 138:2 continúa diciendo: «porque has engrandecido tu palabra sobre todo tu nombre». Aquí se resalta la importancia de la Palabra de Dios. La palabra de Dios es poderosa y tiene autoridad sobre todo. Es a través de la Palabra que Dios se revela a sí mismo y nos muestra su voluntad. La Biblia es la Palabra de Dios, y cuando la leemos y meditamos en ella, estamos permitiendo que Dios hable a nuestras vidas. Su Palabra es verdadera y confiable, y podemos confiar en ella en todo momento. Al engrandecer su palabra sobre todo su nombre, Dios nos muestra que su Palabra es digna de confianza y debe ser el fundamento de nuestra fe y práctica cristiana.

Cuando reflexionamos sobre el Salmo 138:2, nos damos cuenta de la importancia de adorar a Dios con reverencia y humildad, confesar su nombre y confiar en su Palabra. Estas son actitudes y acciones que nos acercan más a Dios y nos permiten experimentar su amor y su gracia en nuestras vidas.

En nuestra vida diaria, es fácil distraernos y olvidar la importancia de la adoración y la confesión del nombre de Dios. Pero cuando nos acordamos de la verdad de este versículo, podemos reorientar nuestra atención hacia Él y renovar nuestra relación con Él. Al adorar a Dios y confesar su nombre, estamos reconociendo su grandeza y su poder en nuestras vidas.

Permíteme recordarte nuevamente el Salmo 138:2: «Me postro hacia tu santo templo, y confieso tu nombre por tu misericordia y tu verdad; porque has engrandecido tu palabra sobre todo tu nombre». Que esta palabra te inspire a adorar a Dios con reverencia, a confesar su nombre y a confiar en su Palabra. Que puedas experimentar la presencia y el amor de Dios en tu vida mientras te acercas a Él con un corazón humilde y confiado.

Salmo 138:2: «Me postro hacia tu santo templo, y confieso tu nombre por tu misericordia y tu verdad; porque has engrandecido tu palabra sobre todo tu nombre».