Salmo 138:6 – “Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, mas al altivo mira de lejos.”
Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
Hoy quiero compartir con ustedes una verdad poderosa que se encuentra en el Salmo 138:6. Este versículo nos recuerda la grandeza de nuestro Dios y su atención especial hacia los humildes. Es una promesa que nos llena de esperanza y nos impulsa a buscar la humildad en nuestras vidas.
En un mundo que valora la grandeza y el poder, a menudo nos vemos tentados a seguir el camino del orgullo y la altivez. Pero el Salmo 138:6 nos enseña que Dios mira de lejos a los altivos, a aquellos que confían en su propia fuerza y habilidades. En cambio, Él dirige su atención hacia los humildes, aquellos que reconocen su necesidad de Él y se someten a su voluntad.
Es fácil caer en la trampa de la altivez. Podemos comenzar a creer que somos autosuficientes, que podemos lograr todo por nuestra cuenta. Sin embargo, Dios nos llama a ser humildes y a depender de Él en todas las áreas de nuestras vidas. Cuando nos humillamos delante de Él, nos abrimos a su gracia y misericordia.
La humildad no es sinónimo de debilidad. Al contrario, es un signo de fortaleza. Reconocer nuestra necesidad de Dios y someternos a su voluntad requiere valentía y confianza en su amor y cuidado por nosotros. Jesús mismo nos enseñó la importancia de la humildad cuando dijo: “Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido” (Mateo 23:12).
Cuando nos humillamos ante Dios, le permitimos obrar en nuestras vidas de una manera poderosa. Él nos levanta, nos fortalece y nos guía en su camino. Nuestra humildad nos permite experimentar su gracia y bendición en abundancia. Como el Salmo 138:6 nos asegura, Dios atiende al humilde.
En nuestra sociedad actual, donde el éxito y la fama son tan valorados, podemos sentirnos tentados a buscar el reconocimiento y la aprobación de los demás. Pero el verdadero éxito yace en ser reconocidos por Dios y vivir de acuerdo con su voluntad. Cuando buscamos su gloria en lugar de la nuestra, encontramos un gozo y paz que el mundo no puede dar.
La humildad también nos ayuda a ser más compasivos y amorosos hacia los demás. Cuando reconocemos nuestra propia necesidad de perdón y gracia, somos más capaces de perdonar y mostrar gracia a los demás. La humildad nos libera del deseo de juzgar y nos permite amar a nuestros semejantes como Dios nos ama.
Hermanos y hermanas, estoy convencido de que si vivimos en humildad y buscamos agradar a Dios en todo lo que hacemos, experimentaremos su favor y bendición en nuestras vidas. No importa cuán pequeños o insignificantes nos sintamos, Dios nos ve y nos ama. Él nos levantará y nos usará para su gloria si confiamos en Él y le seguimos humildemente.
Así que, animémonos unos a otros a vivir en humildad y a confiar en el poder y el amor de nuestro Dios. Aprendamos a depender de Él en todo momento y a buscar su gloria por encima de la nuestra. Recordemos siempre el hermoso mensaje del Salmo 138:6: “Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, mas al altivo mira de lejos.”
Que este versículo sea nuestro recordatorio constante de la grandeza de Dios y de su amor y atención hacia los humildes. Que nos inspire a vivir en humildad y a confiar en su dirección y cuidado en todo momento. Que nuestras vidas reflejen la gloria de nuestro Dios y se conviertan en testimonios vivientes de su amor y gracia.
En el nombre de Jesús, amén.
Salmo 138:6 – “Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, mas al altivo mira de lejos.”