Conéctate Con Dios

Salmo 139:13 - Maravillosamente creado en el vientre materno


Salmo 139:13 – «Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre.»

Amados hermanos y hermanas en Cristo, hoy quiero compartir con ustedes un mensaje de esperanza y asombro basado en el Salmo 139:13. Este versículo nos recuerda la maravillosa obra de Dios en la creación de cada uno de nosotros. Es un recordatorio de que somos hechura de Dios, diseñados y formados por sus propias manos amorosas.

Cuando reflexionamos sobre estas palabras, no podemos evitar sentirnos humildes y agradecidos. Imagina, por un momento, la increíble habilidad de Dios para crear vida. Él nos formó en el vientre de nuestras madres, con cada detalle cuidadosamente planificado y ejecutado. No somos accidentes o meras casualidades; somos creaciones divinas, diseñadas con un propósito específico.

En un mundo que a menudo busca definir nuestro valor por criterios externos, este versículo nos recuerda que nuestra verdadera identidad y valor provienen de Dios. No importa cómo nos vean los demás, lo que importa es cómo nos ve nuestro Creador. Él nos conoce íntimamente, incluso antes de que naciéramos. Él sabe cada uno de nuestros pensamientos y sentimientos más profundos. ¡Qué increíble es saber que somos conocidos y amados de manera tan profunda!

Quiero animarte hoy, querido hermano o hermana, a abrazar tu identidad en Cristo. No permitas que el mundo te defina o te haga sentir menos valioso. Eres una creación única y especial de Dios. Él te ha dado dones y talentos específicos para cumplir su propósito en tu vida. No importa las circunstancias que enfrentes o los desafíos que parezcan imposibles de superar, recuerda que el mismo Dios que te formó en el vientre de tu madre está contigo.

En momentos de duda o inseguridad, vuelve a este versículo. Permítele recordarte quién eres en Cristo. Eres amado, eres valioso y tienes un propósito divino. Dios te ha creado con un propósito específico en mente, y Él te dará las fuerzas y las habilidades necesarias para cumplirlo.

Además, este versículo también nos desafía a ver a los demás de la misma manera que Dios nos ve. Si Dios nos formó con tanto amor y cuidado, ¿no deberíamos también valorar y amar a nuestros semejantes de la misma manera? No importa su apariencia, su pasado o sus errores, cada persona ha sido creada por Dios y merece nuestro amor y respeto.

Hermanos y hermanas, hoy quiero animarlos a meditar en Salmo 139:13. Permítanle recordarles su identidad y valor en Cristo. Permítanle desafiarlos a amar y valorar a los demás de la misma manera que Dios los ama y valora a ustedes.

En conclusión, somos creaciones maravillosas y únicas de Dios. No importa lo que el mundo diga, nuestro valor y nuestra identidad provienen de nuestro Creador. Recordemos siempre que fuimos formados en el vientre de nuestras madres por las manos de Dios. Que este conocimiento nos inspire a vivir vidas llenas de propósito y a amar a los demás con el amor que hemos recibido de nuestro Padre celestial.

Salmo 139:13 – «Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre.»

Que esta verdad se arraigue en nuestros corazones y nos guíe en cada paso que demos. Amén.