Salmo 139:4 – “Aun no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda.”
Saludos amados hermanos y hermanas en Cristo. Hoy quiero compartir con ustedes una poderosa verdad que se encuentra en el Salmo 139:4. Este versículo nos recuerda que Dios conoce cada palabra que vamos a pronunciar, incluso antes de que salga de nuestra boca. ¡Qué maravilloso es nuestro Dios!
En nuestra vida diaria, a menudo nos encontramos en situaciones en las que no sabemos qué decir o cómo expresar nuestros sentimientos. Podemos sentirnos frustrados o incomprendidos, pero debemos recordar que Dios está siempre presente y nos conoce íntimamente. Él sabe lo que está en nuestro corazón y lo que queremos decir, incluso antes de que lo digamos.
Cuántas veces nos hemos encontrado en momentos de dificultad, dolor o confusión, y hemos buscado palabras de consuelo o sabiduría para compartir con aquellos que nos rodean. Pero a veces, nuestras palabras fallan y nos sentimos impotentes. En esos momentos, debemos recordar que Dios está a nuestro lado, listo para guiarnos y brindarnos las palabras adecuadas en el momento oportuno.
Dios es el maestro perfecto, el consejero supremo. Él nos da la sabiduría y la elocuencia para comunicarnos con aquellos que necesitan escuchar nuestras palabras. Si confiamos en Él y permitimos que Su Espíritu Santo nos guíe, no hay límites para lo que podemos hacer y decir en Su nombre.
En la Biblia, encontramos numerosos ejemplos de hombres y mujeres que confiaron en Dios para hablar a través de ellos. Moisés, por ejemplo, se sintió inseguro de su habilidad para hablar y liderar a los israelitas, pero Dios le aseguró en Éxodo 4:12: “Ahora pues, ve, y yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que hayas de hablar.” Dios le dio las palabras exactas que necesitaba para guiar a Su pueblo.
Asimismo, el apóstol Pablo fue un gran ejemplo de alguien que confiaba en Dios para hablar a través de él. En Efesios 6:19, Pablo les pide a los creyentes que oren por él, “a fin de que se me dé palabra al abrir mi boca, para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio.” Pablo reconocía que solo a través del poder de Dios podría comunicar efectivamente el mensaje del evangelio.
Queridos hermanos y hermanas, no importa cuán limitados nos sintamos en nuestras habilidades de comunicación, debemos recordar que Dios está con nosotros. Él conoce cada palabra que vamos a pronunciar y nos dará las palabras correctas en el momento adecuado. No hay situación en la que Dios no pueda intervenir y usar nuestras palabras para bendición y edificación.
Si nos acercamos a Dios en oración y confiamos en Él, nos sorprenderemos de cómo fluirán las palabras de nuestras bocas. Podremos dar consuelo a los afligidos, compartir el amor de Dios con los perdidos y alentar a los desanimados. Dios nos utilizará como instrumentos en Sus manos para llevar Su luz y Su verdad a un mundo que tanto lo necesita.
Así que, hermanos y hermanas, no teman expresar sus pensamientos y sentimientos. Confíen en que Dios conoce cada palabra que van a decir. Permítanle ser su guía y su fuerza en cada conversación que tengan. A través de ustedes, Dios puede hacer cosas maravillosas y transformar vidas.
Recordemos siempre las palabras del Salmo 139:4: “Aun no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda.” No importa lo que enfrentemos en nuestra vida, Dios está presente y nos dará las palabras perfectas en el momento oportuno.
Oremos juntos para que Dios nos use como instrumentos de Su amor y gracia en este mundo. Que nuestras palabras sean siempre palabras de vida y esperanza. Y recordemos siempre la verdad del Salmo 139:4, que Dios conoce cada palabra que vamos a decir. Amén.
Salmo 139:4 – “Aun no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda.”