Conéctate Con Dios

Salmo 140 y 91: Protección divina y fortaleza en tiempos turbulentos

 


Salmo 140 Y 91: Una Promesa de Protección y Refugio

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy quiero compartir con ustedes palabras de aliento y esperanza que se encuentran en los Salmos 140 y 91 de la Biblia. Estos pasajes nos ofrecen una promesa de protección y refugio en medio de las dificultades y peligros que enfrentamos en nuestra vida cotidiana.

En el Salmo 140, el salmista clama a Dios pidiendo protección contra aquellos que intentan hacerle daño. Él reconoce que el enemigo está tramando maldades y ha tendido lazos para atraparlo. Sin embargo, confía plenamente en la intervención divina, sabiendo que Dios es su escudo y su fortaleza. El salmista confía en que el Señor escuchará su clamor y lo librará de las manos de sus enemigos.

Amados, ¿no es maravilloso saber que también nosotros podemos acudir a Dios en busca de protección? No importa qué tipo de adversidades enfrentemos, ya sean físicas, emocionales o espirituales, podemos estar seguros de que el Señor está dispuesto a extendernos su mano poderosa. Él nos protegerá de todo mal y nos librará de las trampas del enemigo. No tenemos que temer, porque el Todopoderoso está de nuestro lado.

El Salmo 91 reafirma esta promesa de protección divina. En este hermoso pasaje, el salmista declara: «El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente» (Salmo 91:1). Esta es una imagen poderosa que nos muestra cómo podemos encontrar refugio y seguridad en la presencia de Dios. Él es nuestro refugio seguro, donde podemos descansar confiadamente.

Amados hermanos y hermanas, en medio de las tormentas de la vida, podemos encontrar consuelo y paz en el abrazo amoroso de nuestro Padre celestial. No importa cuán grandes sean los desafíos que enfrentemos, Dios es más grande y más poderoso. Él nos promete protección y seguridad, siempre y cuando confiemos en Él y pongamos nuestra fe en sus manos amorosas.

El Salmo 91 continúa diciendo: «No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día, ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya» (Salmo 91:5-6). Estas palabras nos aseguran que no tenemos que temer las circunstancias adversas que nos rodean. Dios nos protegerá de todo mal, incluso en los momentos más oscuros y difíciles.

Queridos hermanos y hermanas, no importa cuán fuertes sean las tormentas que enfrentemos, podemos confiar en que Dios está siempre a nuestro lado. Él nos guarda como el pastor guarda a sus ovejas, y nos protege con su amor incondicional. No importa cuántas veces caigamos, Él siempre estará allí para levantarnos y guiarnos por el camino correcto.

En conclusión, los Salmos 140 y 91 nos brindan una promesa maravillosa de protección y refugio en Dios. Podemos acudir a Él en busca de ayuda y consuelo en medio de las dificultades y peligros que enfrentamos en nuestra vida cotidiana. No tenemos que temer, porque el Señor está con nosotros y es nuestro escudo y fortaleza.

Hermanos y hermanas, recuerden siempre que Dios es nuestro refugio seguro. Él nos protege y nos guarda en todo momento. No importa cuánto nos sintamos abrumados por las circunstancias, podemos encontrar consuelo y paz en la presencia de nuestro Padre celestial. Confíen en Él y pongan su fe en sus manos amorosas, porque Él es quien nos protege y nos defiende.

Salmo 140 Y 91, confiemos en la promesa de protección y refugio que Dios nos ofrece. Él es nuestro escudo y fortaleza en todo momento. No temamos, porque el Señor está con nosotros. Amén.

Salmo 140: «Escóndeme, Señor, de los malvados; guárdame de los violentos, de los que maquinan el mal en su corazón. […] Pon, Señor, guarda a mi boca; vigila la puerta de mis labios. No permitas, Señor, que mi corazón se incline al mal, ni que me deje arrastrar por la maldad» (Salmo 140:1, 4-5).

Salmo 91: «El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré» (Salmo 91:1-2).