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Salmo 14:1 revela la verdad oculta: ¡Nadie es sabio, todos se extravían!


Salmo 14:1 – «Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras abominables; No hay quien haga el bien.»

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy quiero hablarles sobre un tema que es de vital importancia en nuestra fe: la existencia de Dios. En el Salmo 14:1, el salmista nos advierte sobre la actitud del necio que niega la existencia de nuestro amado Padre celestial. Esta afirmación nos invita a reflexionar sobre la realidad de nuestra fe y a fortalecer nuestro compromiso con Dios.

En el mundo actual, no es sorprendente encontrarnos con personas que dudan o niegan la existencia de Dios. Muchos se dejan llevar por la corriente del pensamiento secular y se adhieren a teorías científicas que buscan explicar el origen del universo sin necesidad de un Creador divino. Sin embargo, como creyentes, debemos recordar que nuestra fe se basa en una relación personal con Dios, y no exclusivamente en pruebas científicas o razonamientos filosóficos.

Cuando el salmista se refiere al necio que niega la existencia de Dios, nos muestra una realidad lamentable: aquellos que se alejan de la presencia de Dios se corrompen y se envuelven en obras abominables. La negación de Dios conlleva una pérdida de valores y una falta de compromiso con la moralidad. Es triste ver cómo en nuestro mundo actual, la maldad y la injusticia parecen prevalecer, y esto se debe en gran medida a la negación de la existencia de Dios.

Sin embargo, nosotros, como creyentes, debemos mantenernos firmes en nuestra fe y ser testigos de la presencia de Dios en nuestras vidas. No podemos ser influenciados por las corrientes del mundo, sino que debemos ser portadores de la luz y la esperanza que provienen de nuestro Padre celestial. En momentos de duda o incertidumbre, debemos recordar las palabras del salmista en el Salmo 14:1 y afirmar con convicción que sí hay un Dios, y que Él está presente en cada aspecto de nuestras vidas.

La existencia de Dios no puede ser demostrada científicamente, pero podemos experimentar su presencia a través de la fe y la relación personal con Él. Nuestro testimonio de vida y nuestras acciones deben reflejar la realidad de nuestra fe en Dios. Debemos ser portadores de amor, perdón y esperanza en un mundo que a menudo se encuentra sumido en la desesperación y la desesperanza.

En momentos de dificultad o confusión, debemos recurrir al Salmo 14:1 como un recordatorio constante de la verdad de nuestra fe. Este pasaje nos anima a confiar en Dios y a hacer el bien, incluso cuando el mundo a nuestro alrededor parece estar corrompido. Nuestro compromiso con Dios no debe depender de las circunstancias, sino que debe ser firme y constante.

Queridos hermanos y hermanas, en medio de un mundo que niega la existencia de Dios, seamos portadores de la verdad y la esperanza. A través de nuestras palabras y acciones, podremos mostrar a aquellos que dudan que sí hay un Dios que ama y se preocupa por cada uno de nosotros. No dejemos que la incredulidad nos desanime, sino que permanezcamos firmes en nuestra fe y compartamos el mensaje del amor de Dios con aquellos que nos rodean.

En conclusión, el Salmo 14:1 nos recuerda que la negación de la existencia de Dios conlleva consecuencias lamentables. Como creyentes, debemos mantenernos firmes en nuestra fe y ser testigos de la presencia de Dios en nuestras vidas. No dejemos que las dudas o las influencias del mundo nos aparten de nuestro compromiso con Dios. Que el Salmo 14:1 sea un recordatorio constante de la verdad de nuestra fe y nos inspire a hacer el bien en todo momento.

Salmo 14:1 – «Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras abominables; No hay quien haga el bien.»

Que esta Palabra de Dios nos guíe y fortalezca en nuestra fe. Amén.