Salmo 144:1 – “Bendito sea Jehová, mi roca, quien adiestra mis manos para la batalla, y mis dedos para la guerra.”
Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
Hoy quiero compartir con ustedes una poderosa enseñanza que encontramos en el Salmo 144:1. En este versículo, el salmista nos habla de la bendición de tener a Jehová como nuestra roca, aquel que adiestra nuestras manos para la batalla y nuestros dedos para la guerra. Estas palabras nos inspiran a confiar en Dios en tiempos de lucha y dificultad.
En nuestra vida cristiana, enfrentamos muchas batallas. A veces, estas batallas son físicas, como enfermedades o problemas económicos. Otras veces, las batallas son espirituales, como tentaciones, dudas o ataques del enemigo. Pero no importa el tipo de batalla que enfrentemos, podemos encontrar consuelo y fortaleza en el hecho de que Dios nos adiestra y nos equipa para la guerra.
Cuando nos enfrentamos a desafíos, a menudo podemos sentirnos abrumados y desesperados. Pero este versículo nos recuerda que no estamos solos en la lucha. Tenemos a Jehová como nuestra roca, nuestra fortaleza inquebrantable. Él nos sostiene y nos guía en medio de las tormentas de la vida. Él nos adiestra y nos capacita para enfrentar cualquier situación que se presente.
En momentos de guerra, nuestras manos son fundamentales. Son nuestras manos las que luchan y se defienden. Pero el salmista nos dice que nuestras manos son adiestradas por Dios mismo. Él nos enseña a luchar con sabiduría y valentía. Él nos da la habilidad y la destreza necesaria para enfrentar cualquier enemigo que se levante en nuestro camino.
Además, el salmista menciona que nuestros dedos son adiestrados para la guerra. Nuestros dedos representan nuestra habilidad para tomar decisiones y actuar. Dios no solo nos equipa físicamente, sino que también adiestra nuestras mentes y corazones para que podamos tomar decisiones sabias y correctas en medio de la batalla. Él nos da la capacidad de discernir entre el bien y el mal, y nos guía en el camino que debemos seguir.
Hermanos y hermanas, no importa cuál sea la batalla que estén enfrentando en este momento, les animo a confiar en Dios. Él es nuestra roca, nuestro refugio seguro en medio de las tormentas de la vida. Él nos adiestra y nos equipa para la guerra, dándonos la fuerza y la sabiduría necesarias para enfrentar cualquier desafío.
Cuando nos encontramos en tiempos de guerra, no debemos desanimarnos ni perder la esperanza. Debemos recordar que Dios está con nosotros, luchando a nuestro lado. Él nos da la victoria y nos lleva a la paz y a la seguridad. No importa cuán grande sea el enemigo que enfrentemos, podemos confiar en que Dios es más grande y poderoso.
En conclusión, el Salmo 144:1 nos recuerda la bendición de tener a Jehová como nuestra roca, quien adiestra nuestras manos para la batalla y nuestros dedos para la guerra. En medio de las batallas de la vida, debemos confiar en Dios y permitir que nos adiestre y nos equipe para enfrentar cualquier desafío. Recordemos siempre que Él es nuestra fortaleza y nuestro refugio seguro. ¡Confíen en Jehová, su roca, y sean fortalecidos en la batalla!
Salmo 144:1 – “Bendito sea Jehová, mi roca, quien adiestra mis manos para la batalla, y mis dedos para la guerra.”