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Salmo 16:15 revela el gozo eterno: 'En tu presencia hay plenitud de alegría'


Salmo 16:15 – “Pero tú, oh Jehová, eres el escudo alrededor de mí; mi gloria, y el que levanta mi cabeza.”

¡Saludos, amados hermanos y hermanas en Cristo! Hoy quiero compartir con ustedes un versículo poderoso y lleno de esperanza que se encuentra en el Salmo 16:15. Este pasaje nos recuerda la protección y el amor incondicional de nuestro Dios en medio de las adversidades y los desafíos de la vida.

En este Salmo, el salmista David nos muestra su confianza en Dios como su escudo protector. Él reconoce que, a pesar de las dificultades que pueda enfrentar, Dios es quien lo rodea y lo guarda. Imagínense tener un escudo que nos protege de todo peligro, de todas las flechas del enemigo, de todas las tormentas de la vida. Eso es lo que nuestro Dios es para nosotros.

Nuestro Padre celestial es nuestra gloria, aquel que nos llena de honor y nos otorga una identidad valiosa. Cuando nos encontramos con Dios, encontramos nuestra verdadera esencia, nuestra verdadera razón de ser. Él nos da propósito y significado en medio de un mundo que muchas veces nos hace sentir insignificantes. ¿No es maravilloso saber que somos amados y valorados por el Creador del universo?

Además, el salmista nos habla de cómo Dios levanta su cabeza. En los momentos de angustia y desaliento, cuando sentimos que no podemos soportar más, nuestro Dios es aquel que nos levanta, nos da fuerzas y nos recuerda que no estamos solos. Él nos da la fortaleza para enfrentar cada día con valentía y esperanza.

Hermanos y hermanas, este versículo nos invita a confiar en Dios plenamente. Nos recuerda que, sin importar las circunstancias que enfrentemos, tenemos un Dios que nos protege, nos honra y nos levanta. Podemos descansar en Su presencia y encontrar refugio en Sus brazos amorosos.

En momentos de inseguridad o incertidumbre, recordemos este versículo y declaremos con fe: “Pero tú, oh Jehová, eres el escudo alrededor de mí; mi gloria, y el que levanta mi cabeza”. Afirmemos nuestra confianza en Dios y permitámosle ser nuestro protector y fortaleza en todo momento.

No importa cuán difíciles sean las situaciones que enfrentemos, nuestro Dios siempre estará a nuestro lado. Él nos guarda, nos protege y nos sostiene en Sus manos poderosas. No hay nada que pueda separarnos de Su amor y cuidado.

Así que, hermanos y hermanas, les animo a aferrarse a la promesa de este Salmo. Confíen en Dios y permitan que Él sea su escudo, su gloria y aquel que levanta sus cabezas. Permitan que Su amor y protección los envuelvan cada día.

Recuerden siempre estas palabras: “Pero tú, oh Jehová, eres el escudo alrededor de mí; mi gloria, y el que levanta mi cabeza”. Que estas palabras resuenen en sus corazones y les den la confianza para enfrentar cada día con esperanza y valentía.

Que la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guarde sus corazones y mentes en Cristo Jesús. Amén.

Salmo 16:15 – “Pero tú, oh Jehová, eres el escudo alrededor de mí; mi gloria, y el que levanta mi cabeza.”

¡Que Dios les bendiga abundantemente!

Salmo 16:15 – “Pero tú, oh Jehová, eres el escudo alrededor de mí; mi gloria, y el que levanta mi cabeza.”