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Salmo 20 Ntv: Fortaleza Divina en Tiempos de Adversidad


Salmo 20 NTV – La Oración de Bendición

Salmo 20 NTV:

«Que el Señor te responda en el día de la angustia;
que el nombre del Dios de Jacob te proteja.
2 Que te envíe ayuda desde su santuario
y desde su Sión te sostenga.
3 Que se acuerde de todas tus ofrendas
y acepte tus holocaustos.
4 Que te conceda el deseo de tu corazón
y cumpla todos tus planes.
5 Que nos regocijemos por tu victoria
y alcemos estandartes en el nombre de nuestro Dios.
¡Que el Señor te conceda todo lo que pides!
6 Ahora sé que el Señor da la victoria a su ungido;
desde su santo cielo le responde
con el poder salvador de su diestra.
7 Algunos confían en sus carros de guerra;
otros, en sus caballos,
pero nosotros confiamos
en el nombre del Señor nuestro Dios.
8 Ellos vacilan y caen,
pero nosotros nos mantenemos en pie y firmes.
9 ¡Señor, concédenos la victoria!
¡Que el rey nos responda cuando clamamos!»

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy quiero compartir con ustedes la inspiradora Palabra de Dios que se encuentra en el Salmo 20. Este hermoso salmo es una oración de bendición y protección que nos recuerda la fidelidad y el poder de nuestro amado Señor.

En el versículo 1, el salmista nos dice: «Que el Señor te responda en el día de la angustia; que el nombre del Dios de Jacob te proteja». Estas palabras nos muestran que nuestro Dios está dispuesto a escuchar nuestras oraciones y a protegernos en momentos de angustia. No importa cuál sea la situación que estemos enfrentando, podemos confiar en que Dios está a nuestro lado, dispuesto a responder y a velar por nosotros.

En el versículo 2, leemos: «Que te envíe ayuda desde su santuario y desde su Sión te sostenga». Aquí vemos que Dios no solo está dispuesto a escuchar nuestras oraciones, sino también a enviarnos ayuda desde su presencia. Él es nuestro refugio seguro, nuestra fortaleza en tiempos de necesidad. Podemos confiar en que Dios está trabajando en nuestro favor, sosteniéndonos y guiándonos en todo momento.

El versículo 3 nos dice: «Que se acuerde de todas tus ofrendas y acepte tus holocaustos». Este verso nos recuerda que Dios ve y valora nuestras ofrendas y sacrificios. Él aprecia nuestra entrega y fidelidad. No importa cuán pequeñas o grandes sean nuestras ofrendas, Dios las toma en cuenta y nos bendice por ellas. Es un recordatorio de que nuestra adoración y servicio no son en vano, sino que son agradables a los ojos de nuestro Padre celestial.

En el versículo 4, leemos: «Que te conceda el deseo de tu corazón y cumpla todos tus planes». Aquí encontramos una promesa maravillosa: Dios está dispuesto a concedernos los deseos de nuestro corazón y a llevar a cabo nuestros planes. Sin embargo, es importante recordar que esto está condicionado a que nuestros deseos y planes estén alineados con la voluntad de Dios. Cuando buscamos su reino y su justicia, él nos bendice abundantemente y nos guía en el camino que debemos seguir.

En el versículo 5, el salmista nos dice: «Que nos regocijemos por tu victoria y alcemos estandartes en el nombre de nuestro Dios. ¡Que el Señor te conceda todo lo que pides!». Aquí encontramos una exhortación a regocijarnos por las victorias que Dios nos otorga y a levantar estandartes en su nombre. Nuestro Dios es poderoso y digno de alabanza, y cuando clamamos a él, él nos concede nuestras peticiones.

En el versículo 6, leemos: «Ahora sé que el Señor da la victoria a su ungido; desde su santo cielo le responde con el poder salvador de su diestra». Aquí encontramos una declaración de fe en la victoria que Dios nos otorga. Podemos estar seguros de que cuando somos ungidos por Dios para cumplir su propósito, él nos respalda y nos concede la victoria. No importa cuán desafiante sea la situación, podemos confiar en que Dios nos responderá con su poder salvador.

En el versículo 7, el salmista nos dice: «Algunos confían en sus carros de guerra; otros, en sus caballos, pero nosotros confiamos en el nombre del Señor nuestro Dios». Esta declaración nos recuerda que nuestra confianza debe estar puesta únicamente en Dios. No debemos depender de nuestras propias fuerzas o recursos, sino confiar en el poder y el nombre de nuestro Señor. Él es nuestro verdadero refugio y fortaleza.

En el versículo 8, leemos: «Ellos vacilan y caen, pero nosotros nos mantenemos en pie y firmes». Este versículo nos enseña que aquellos que confían en sus propias fuerzas y recursos eventualmente se desvanecerán, pero aquellos que confían en Dios permanecerán firmes y de pie. Cuando ponemos nuestra confianza en Dios, podemos enfrentar cualquier adversidad con valentía y seguridad.

En el versículo 9, el salmista nos dice: «¡Señor, concédenos la victoria! ¡Que el rey nos responda cuando clamamos!». Aquí encontramos una humilde petición a Dios para que nos conceda la victoria. Sabemos que nuestro Dios es un Dios de respuesta y está dispuesto a escuchar nuestras oraciones. Cuando clamamos a él con sinceridad y fe, él nos responde y nos concede la victoria que necesitamos.

Queridos hermanos y hermanas, el Salmo 20 es una poderosa oración de bendición y protección que nos recuerda la fidelidad y el poder de nuestro Dios. Que estas palabras sean un recordatorio constante de que podemos confiar en él en todo momento. Que podamos levantar nuestras voces en oración, confiando en que él responderá y nos concederá la victoria. Que el Señor te responda en el día de la angustia, que te envíe ayuda desde su santuario y que cumpla todos tus planes. Amén.

Salmo 20 NTV.