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Salmo 23.6: La promesa divina que llena de bendiciones


Salmo 23.6: “Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días.”

Queridos hermanos y hermanas en la fe, hoy quiero compartir con ustedes la hermosa promesa que encontramos en el Salmo 23.6. Este verso nos habla del amor incondicional de nuestro Buen Pastor, quien nos guía y cuida en cada etapa de nuestra vida.

Cuando leemos las palabras del Salmo 23, podemos sentir cómo el salmista David se deleita en la presencia de Dios. Él reconoce que Dios es su Pastor, aquel que provee, protege y cuida de sus ovejas. Y en medio de todas las circunstancias, David confía en que el bien y la misericordia de Dios le seguirán todos los días de su vida.

Hermanos, no importa cuál sea nuestra situación actual, podemos aferrarnos a esta promesa. Dios no solo nos promete un futuro eterno en Su presencia, sino que también nos asegura que Su bien y misericordia nos acompañarán cada día. ¡Qué hermosa esperanza tenemos en Él!

Imagínense, el bien y la misericordia de Dios siguiéndonos todos los días. Esto significa que no importa cuán oscuro sea el valle por el que estemos pasando, no importa cuántas pruebas enfrentemos, Dios está con nosotros y Su bondad y compasión nos acompañan. Podemos encontrar consuelo en Su presencia, sabiendo que nunca estamos solos.

El Salmo 23.6 también nos habla de la eternidad en la casa de Jehová. Esto nos recuerda que nuestra morada final no se encuentra en este mundo temporal, sino en la presencia de nuestro Padre celestial. Cuando confiamos en Él, cuando seguimos Su guía y cuidado, tenemos la promesa de pasar la eternidad en Su compañía.

Hermanos, qué privilegio tan grande es tener a Dios como nuestro Pastor. Él nos conoce íntimamente, sabe cuáles son nuestras necesidades y nos provee en abundancia. Su amor y misericordia son inagotables, y Su gracia nos sostiene en cada paso del camino.

Así que, en medio de las dificultades y desafíos que enfrentamos, recordemos el Salmo 23.6: “Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días.” No importa qué esté sucediendo en nuestra vida en este momento, podemos confiar en que Dios está obrando en nosotros y a nuestro alrededor.

El bien y la misericordia de Dios no son meras palabras, sino realidades tangibles que podemos experimentar. El bien de Dios se manifiesta en Su provisión, en Su guía sabia y en Su amor constante. Su misericordia nos alcanza cuando caemos, nos levanta cuando estamos abatidos y nos perdona cuando erramos.

Amados hermanos, no permitamos que las dificultades nos hagan dudar del amor y el cuidado de nuestro Buen Pastor. Permanezcamos firmes en nuestra fe, confiando en que el bien y la misericordia de Dios nos seguirán todos los días de nuestra vida. Confiemos en que Él tiene un propósito para cada prueba y que nos llevará a una morada eterna en Su presencia.

En conclusión, recordemos siempre el Salmo 23.6: “Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días.” Confíemos en que Dios está obrando en nosotros y a nuestro alrededor, guiándonos y cuidándonos en cada paso del camino. Su amor y misericordia son inagotables, y nunca nos abandonará. ¡Que esta promesa nos llene de esperanza y fortaleza en nuestra caminata con Él!

Salmo 23.6: “Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días.”