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Salmo 23:1-3, un bálsamo de esperanza y consuelo


Salmo 23:1-3
El Señor es mi pastor; nada me faltará.
En lugares de delicados pastos me hará descansar;
Junto a aguas de reposo me pastoreará.
Confortará mi alma;
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Hoy quiero compartir con ustedes un pasaje de la Biblia que ha sido una fuente inagotable de consuelo y fortaleza para millones de creyentes a lo largo de la historia: el Salmo 23, versículos 1 al 3. Este salmo, escrito por el rey David, nos habla del amor y el cuidado que Dios tiene por nosotros, comparándolo con la figura de un pastor que guía y protege a sus ovejas.

En el Salmo 23:1, David declara con confianza que el Señor es su pastor, reconociendo que no le falta nada. Esta afirmación nos invita a reflexionar sobre la provisión y el cuidado constante que Dios nos ofrece. Como ovejas de Su rebaño, podemos confiar en que Él nos suplirá en todas nuestras necesidades, tanto físicas como espirituales. No importa cuál sea nuestra situación actual, podemos descansar en la certeza de que Dios está con nosotros y suplirá todo lo que necesitamos.

En el versículo 2, David nos habla de los lugares de delicados pastos donde Dios nos hará descansar. Imagínense un prado verde y apacible, donde podemos encontrar paz y tranquilidad. Así es el cuidado de nuestro buen Pastor. Él nos guía a lugares de abundancia y descanso, donde podemos encontrar alimento espiritual y renovación para nuestras almas cansadas. A veces, en medio de las dificultades y las pruebas de la vida, podemos sentirnos agobiados y agotados, pero Dios nos invita a descansar en Él, a encontrar refugio en Su presencia y a recibir la renovación que necesitamos.

En el siguiente versículo, David nos habla de las aguas de reposo donde el Señor nos pastoreará. El agua es esencial para nuestra supervivencia física, y el agua que Dios nos ofrece espiritualmente es aún más vital. Él nos provee de sustento y refresca nuestra alma sedienta. En momentos de sequedad espiritual, cuando nos sentimos desanimados o desalentados, Dios nos invita a acercarnos a Sus aguas de reposo, para que podamos ser fortalecidos y rejuvenecidos en Él. ¡Qué hermosa promesa nos ofrece el Salmo 23!

Queridos hermanos y hermanas, este pasaje de la Biblia nos recuerda que nuestro Dios es un Dios de cuidado y provisión. Él es nuestro Pastor fiel, que nos guía y protege en todo momento. Podemos confiar en que Él nos suplirá en todas nuestras necesidades y nos llevará a lugares de descanso y renovación. En Su presencia, encontramos consuelo y fortaleza para enfrentar cualquier situación que se presente en nuestra vida.

Así que, en medio de las dificultades y las luchas, recordemos siempre las palabras del Salmo 23:1-3:

«El Señor es mi pastor; nada me faltará.
En lugares de delicados pastos me hará descansar;
Junto a aguas de reposo me pastoreará.
Confortará mi alma;
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.»

Permítanme concluir esta reflexión con una invitación a confiar en el Señor como nuestro Pastor y a buscar Su dirección en todo momento. Que estas palabras del Salmo 23 nos inspiren a aferrarnos a la verdad de que Dios está con nosotros, cuidándonos y guiándonos en cada paso de nuestro camino.

Que el amor y la gracia del buen Pastor llenen sus vidas hoy y siempre.

Salmo 23:1-3