Conéctate Con Dios

Salmo 24:3-4: ¡Ven a conocer el secreto de la verdadera felicidad!


Salmo 24:3-4 (RVR 1960): «¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo? El limpio de manos y puro de corazón; El que no ha elevado su alma a cosas vanas, Ni jurado con engaño.»

¡Queridos hermanos y hermanas en Cristo, que la paz de nuestro Señor Jesucristo esté con todos ustedes!

Hoy quiero compartir con ustedes las hermosas enseñanzas del Salmo 24:3-4, que nos invita a reflexionar sobre cómo podemos acercarnos a Dios y encontrar su presencia en nuestras vidas. Este pasaje nos revela las cualidades y actitudes que debemos tener para disfrutar de una comunión íntima con nuestro Padre celestial.

El salmista comienza preguntando: «¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo?» Estas preguntas nos invitan a examinar nuestra vida y a reflexionar sobre nuestra relación con Dios. El monte de Jehová simboliza su presencia y su santidad. Es un lugar de encuentro con Dios, donde podemos experimentar su gloria y recibir su dirección.

El salmista continúa diciendo: «El limpio de manos y puro de corazón.» Aquellos que desean acercarse a Dios deben tener una vida recta y justa. Esto implica vivir de acuerdo a los mandamientos divinos, evitando toda maldad y pecado. Dios nos llama a vivir una vida de pureza y santidad, buscando siempre agradarle en todo lo que hacemos.

Además, el salmista nos dice que debemos ser aquellos «que no ha elevado su alma a cosas vanas, ni jurado con engaño.» Aquí se nos recuerda la importancia de mantener nuestros corazones y pensamientos alejados de la vanidad y de las falsedades. Debemos ser personas íntegras, que no caen en la tentación de buscar la satisfacción en cosas temporales y vacías. En cambio, debemos fijar nuestra mirada en lo eterno y en lo que realmente tiene valor a los ojos de Dios.

Hermanos y hermanas, estas palabras del Salmo 24:3-4 nos desafían a vivir una vida de santidad y pureza, a buscar a Dios con todo nuestro ser y a mantener nuestros corazones libres de toda maldad. No es un llamado fácil, pero es un llamado que nos conduce a una relación más profunda con nuestro Creador.

Cuando vivimos de acuerdo a estos principios, somos bendecidos con la presencia de Dios en nuestras vidas. Él nos guía, nos fortalece y nos muestra su voluntad. Nos llena de paz y nos da la confianza para enfrentar cualquier desafío que se presente en nuestro camino.

Así que, queridos hermanos y hermanas, les animo a vivir conforme a las palabras del Salmo 24:3-4. Purifiquemos nuestras manos y nuestros corazones, evitemos la vanidad y las falsedades, y busquemos la presencia de Dios en todo momento. Recuerden que la verdadera felicidad y plenitud solo se encuentran en Él.

Al concluir, quiero recordarles una vez más las palabras del Salmo 24:3-4: «¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo? El limpio de manos y puro de corazón; El que no ha elevado su alma a cosas vanas, Ni jurado con engaño.» Que estas palabras sean un recordatorio constante de nuestro llamado a vivir una vida en comunión con Dios.

Que el Señor les bendiga y les guíe en su caminar espiritual. Amén.

Salmo 24:3-4 (RVR 1960): «¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo? El limpio de manos y puro de corazón; El que no ha elevado su alma a cosas vanas, Ni jurado con engaño.»