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Salmo 28 Reina Valera: Un himno poderoso de fortaleza divina


Salmo 28 Reina Valera: Un llamado a la confianza en Dios

Saludos, mis amados hermanos y hermanas en Cristo. Hoy quiero compartir con ustedes un pasaje inspirador que se encuentra en el Salmo 28 de la Reina Valera. Este hermoso salmo nos invita a confiar en Dios en medio de las dificultades y nos recuerda que Él es nuestra fortaleza y nuestro escudo.

En el versículo 1 del Salmo 28, el salmista clama a Dios con fervor: “A ti clamaré, oh Jehová, Roca mía; no te desentiendas de mí, para que no sea yo, dejándome tú, semejante a los que descienden al sepulcro”. Aquí vemos la humildad y la dependencia del salmista hacia Dios. Él reconoce que solo en Dios puede encontrar refugio y salvación.

A lo largo de nuestras vidas, enfrentaremos diversas pruebas y dificultades. Podemos sentirnos abrumados, desesperados y solos en medio de las tormentas. Sin embargo, el Salmo 28 nos recuerda que no estamos solos. Tenemos un Dios amoroso que está dispuesto a escuchar nuestras oraciones y a extendernos su mano poderosa.

En el versículo 7, el salmista expresa su confianza en Dios de la siguiente manera: “Jehová es mi fortaleza y mi escudo; en él confió mi corazón, y fui ayudado, por lo que se gozó mi corazón, y con mi canción le alabaré”. Aquí vemos cómo la confianza en Dios trae alegría y alabanza. Cuando confiamos plenamente en el Señor, podemos experimentar su ayuda y su paz en medio de las dificultades.

Es importante recordar que nuestra confianza debe estar puesta en Dios y no en las circunstancias que nos rodean. El salmista nos enseña esto en el versículo 8: “Jehová es la fortaleza de su pueblo, y el refugio salvador de su ungido”. No importa cuán desalentadoras sean las situaciones que enfrentemos, debemos recordar que Dios es nuestra fortaleza y nuestro refugio. Él nos sostendrá y nos guiará a través de las tormentas de la vida.

Asimismo, el Salmo 28 nos anima a orar con fe y expectativa. En el versículo 2, el salmista clama a Dios: “Oye la voz de mis ruegos cuando clamo a ti, cuando alzo mis manos hacia tu santo templo”. Cuando nos acercamos a Dios en oración, debemos hacerlo con fe, creyendo que Él nos escucha y responderá nuestras peticiones conforme a su perfecta voluntad.

Hermanos y hermanas, no importa cuál sea la situación en la que te encuentres hoy, te invito a confiar en Dios. Él es nuestro refugio, nuestra fortaleza y nuestro escudo. Permítele que sea tu guía y tu sostén en medio de las dificultades. Clama a Él con fe y expectativa, sabiendo que Él responderá de acuerdo a su perfecto plan para tu vida.

En conclusión, el Salmo 28 Reina Valera nos recuerda la importancia de confiar en Dios en todo momento. No importa cuán grandes sean las dificultades que enfrentemos, tenemos la seguridad de que Él es nuestra fortaleza y nuestro refugio. Oremos con fe y expectativa, sabiendo que Dios nos escucha y responderá a nuestras oraciones. Que este salmo sea un recordatorio constante de la fidelidad y el amor inagotable de nuestro Señor. Amén.

Salmo 28 Reina Valera

1A ti clamaré, oh Jehová, Roca mía;
No te desentiendas de mí,
Para que no sea yo semejante a los que descienden al sepulcro.
2 Oye la voz de mis ruegos cuando clamo a ti,
Cuando alzo mis manos hacia tu santo templo.

3 No me arrebates juntamente con los malos,
Y con los que hacen iniquidad,
Los cuales hablan paz con sus prójimos,
Pero la maldad está en su corazón.

4 Dale a ellos conforme a su obra, y conforme a la perversidad de sus hechos;
Dales conforme a la obra de sus manos;
Llénalos de su merecido.

5 Por cuanto no atendieron a los hechos de Jehová,
Ni a la obra de sus manos,
El los destruirá, y no los edificará.

6 Bendito sea Jehová,
Que oyó la voz de mis ruegos.

7 Jehová es mi fortaleza y mi escudo;
En él confió mi corazón, y fui ayudado,
Por lo que se gozó mi corazón,
Y con mi canción le alabaré.

8 Jehová es la fortaleza de su pueblo,
Y el refugio salvador de su ungido.

9 Salva a tu pueblo, y bendice a tu heredad;
Y pastoréalos y susténtalos para siempre.