Salmo 31:1 – ¡En ti, oh Jehová, me he refugiado; no sea yo avergonzado jamás! Líbrame en tu justicia.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
Hoy nos encontramos reunidos para reflexionar en la poderosa promesa que encontramos en el Salmo 31:1. El salmista nos enseña que nuestra verdadera fortaleza y refugio se encuentran en el Señor, nuestro Dios. Él es aquel en quien podemos confiar plenamente, y en quien no seremos avergonzados jamás.
En este mundo lleno de desafíos y tribulaciones, es fácil sentirnos abrumados y desesperados. A menudo enfrentamos situaciones que nos superan, y nos sentimos solos y sin esperanza. Pero en medio de todas esas dificultades, el Salmo 31:1 nos recuerda que tenemos un refugio seguro en nuestro Padre celestial.
Cuando buscamos refugio en Dios, estamos poniendo nuestra confianza en alguien que es fiel y poderoso. Él es nuestro protector y defensor. No importa cuán grandes sean nuestros problemas, podemos estar seguros de que Dios está con nosotros y luchará en nuestra causa.
En ocasiones, podemos sentirnos avergonzados por nuestras debilidades y errores. Nos preguntamos si Dios puede perdonarnos y aceptarnos. Pero el Salmo 31:1 nos asegura que en Dios encontraremos misericordia y perdón. Él no nos avergüenza, sino que nos levanta y nos restaura con su amor y gracia inmerecidos.
En medio de nuestras luchas diarias, también podemos experimentar el poder de la justicia de Dios. El Salmo 31:1 nos dice que Dios nos librará en su justicia. Esto significa que Él peleará nuestras batallas y nos defenderá de aquellos que nos hacen daño. No tenemos que tomar venganza por nuestras propias manos, porque Dios es nuestro justo juez y nos vindicará.
Cuando confiamos en Dios y buscamos refugio en Él, nuestro enfoque cambia. Dejamos de depender de nuestras propias fuerzas y habilidades, y reconocemos que nuestra verdadera fortaleza viene de Él. Nuestra confianza en Dios nos da la valentía para enfrentar cualquier situación, sabiendo que no estamos solos y que Él está a nuestro lado.
Queridos hermanos y hermanas, ¡qué promesa maravillosa tenemos en el Salmo 31:1! No importa qué desafíos enfrentemos, podemos refugiarnos en el Señor y confiar en su amor y fidelidad. Él nos libra en su justicia y nos protege de la vergüenza. No seamos avergonzados jamás, porque en Dios encontramos fortaleza, perdón y esperanza.
Al leer el Salmo 31:1 repetidamente en este artículo, nos recordamos una y otra vez de la importancia de confiar en Dios en todo momento. No importa cuán oscuro sea el valle por el que estemos pasando, Dios siempre está allí para guiarnos y protegernos. Su amor y gracia son inagotables, y podemos descansar seguros en su cuidado.
Así que, hermanos y hermanas, les animo a meditar en el Salmo 31:1 hoy y recordar su significado en medio de sus circunstancias. No importa cuán difíciles sean las pruebas que enfrenten, confíen en Dios y busquen refugio en Él. Él es nuestro protector y defensor, y en Él encontraremos la paz y la fortaleza para seguir adelante.
En ti, oh Jehová, nos hemos refugiado; no seamos avergonzados jamás. Líbranos en tu justicia, amado Dios. Amén.
Salmo 31:1 – ¡En ti, oh Jehová, me he refugiado; no sea yo avergonzado jamás! Líbrame en tu justicia.