Salmo 31:14: “Mas yo en ti confío, oh Jehová; digo: Tú eres mi Dios.” (Reina Valera)
Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
Hoy quiero compartir con ustedes una poderosa declaración de fe que encontramos en el Salmo 31:14. Esta frase simple, pero llena de significado, nos recuerda la importancia de depositar nuestra confianza en Dios en todo momento y en todas las circunstancias.
En este Salmo, el salmista David nos muestra su profunda dependencia de Dios. Él reconoce que, a pesar de las dificultades y las pruebas que enfrenta, puede confiar plenamente en el Señor. No importa cuán desesperada pueda parecer su situación, David declara con valentía: “Mas yo en ti confío, oh Jehová; digo: Tú eres mi Dios.”
Estas palabras nos enseñan que nuestra confianza en Dios no depende de nuestras circunstancias externas, sino de nuestra fe y conocimiento de quién es Él. Aunque el mundo pueda mostrarnos incertidumbre y temor, podemos encontrar paz y seguridad en la presencia de nuestro Dios.
El Salmo 31:14 nos inspira a recordar que Dios es nuestro refugio y fortaleza en tiempos de necesidad. Cuando enfrentamos desafíos, pruebas o adversidades, podemos acudir a Él con confianza, sabiendo que Él nos sostendrá y protegerá. Él es quien nos guía y nos da fuerzas para seguir adelante.
Al depositar nuestra confianza en Dios, reconocemos que Él es nuestro único y verdadero Dios. No hay otro en quien podamos confiar de manera absoluta. Nuestro Señor es fiel y digno de nuestra confianza, y en Él encontramos todo lo que necesitamos.
En momentos de duda o inseguridad, debemos recordar las palabras del salmista: “Mas yo en ti confío, oh Jehová; digo: Tú eres mi Dios.” Estas palabras nos invitan a declarar nuestra confianza en Dios, a pesar de las circunstancias que nos rodean.
Cuando nos encontramos en medio de la tormenta, podemos encontrar consuelo y esperanza en la certeza de que Dios está con nosotros. Él nos ama incondicionalmente y está dispuesto a luchar nuestras batallas junto a nosotros. Nuestra confianza en Él nos permite enfrentar cualquier situación con valentía y determinación.
Además, al confiar en Dios, demostramos nuestra fe en Su poder y soberanía. Sabemos que Él tiene el control de todas las cosas y que nada escapa a Su atención. Aunque no siempre entendamos Sus caminos, podemos estar seguros de que Él trabaja para nuestro bien y nos guía hacia Su propósito perfecto.
Al concluir, quiero animarte a que reflexiones sobre estas palabras poderosas: “Mas yo en ti confío, oh Jehová; digo: Tú eres mi Dios.” Permítele a Dios que te fortalezca en tu fe y confianza en Él. No importa cuán difícil sea tu situación, Él está contigo y te proveerá de todo lo que necesitas.
Nunca olvides que nuestra confianza en Dios es el fundamento de nuestra esperanza y paz. Al confiar en Él, encontramos consuelo en medio de las pruebas y la certeza de Su amor incondicional.
“Mas yo en ti confío, oh Jehová; digo: Tú eres mi Dios.”
Que esta declaración de fe sea tu guía y fortaleza en cada paso que des. Permite que la confianza en Dios sea la luz que ilumine tu camino y te lleve hacia una vida llena de bendiciones.
Que Dios te bendiga y te sostenga siempre.
“Mas yo en ti confío, oh Jehová; digo: Tú eres mi Dios.” (Salmo 31:14, Reina Valera)