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Salmo 35 Reina Valera 1960: Un canto de protección y justicia


Salmo 35 Reina Valera 1960: Una poderosa oración de protección

¡Salmo 35 Reina Valera 1960! Un canto de alabanza y súplica a nuestro amado Señor. En este versículo tan especial, encontramos una oración de David, el hombre conforme al corazón de Dios, quien buscaba refugio y protección en medio de sus adversarios. Este Salmo nos muestra la confianza inquebrantable que David tenía en el poder y la bondad de Dios.

En nuestra vida diaria, también podemos enfrentarnos a diferentes tipos de adversidades y enemigos. A veces, pueden ser personas que buscan hacernos daño o situaciones que parecen abrumadoras. En momentos como estos, es reconfortante saber que tenemos un Dios que está dispuesto a pelear nuestras batallas y a protegernos de todo mal.

El Salmo 35 comienza con David clamando a Dios: «Pelea contra los que contra mí pelean; toma escudo y pavés, y levántate en mi ayuda» (Salmo 35:1). Aquí vemos la valentía y la determinación de David al pedir a Dios que se levante en su ayuda. Él confía plenamente en que Dios es su defensor y que nadie puede prevalecer contra él.

En los versículos siguientes, David describe a sus enemigos y cómo buscan dañarlo injustamente: «Sin causa abrieron hoy contra mí su boca; dijeron: ¡Ea, ea, nuestros ojos lo han visto!» (Salmo 35:21). Sin embargo, en medio de toda esta adversidad, David se aferra a su fe y confía en que Dios lo librará de sus enemigos.

Es importante destacar que David no busca venganza contra aquellos que lo persiguen, sino que confía en que Dios tomará justicia por él: «Júzgame, oh Jehová Dios mío, conforme a tu justicia, y no dejes que se alegren de mí. No digan en su corazón: ¡Ea, alma nuestra! No digan: ¡Le hemos devorado!» (Salmo 35:24). David reconoce que es Dios quien tiene el poder de juzgar y que Él es el único que puede traer justicia verdadera.

En medio de todas las pruebas y dificultades, David encuentra consuelo en la cercanía de Dios: «Pero tú, Jehová, Señor, ten compasión de mí; levántame, para que les dé el pago» (Salmo 35:24). Él sabe que su refugio y su fortaleza se encuentran en el Señor, quien siempre está dispuesto a escuchar nuestras oraciones y acudir en nuestra ayuda.

Al final del Salmo 35, David afirma su confianza en la protección de Dios: «Yo te alabaré en la gran congregación; en medio de mucho pueblo te alabaré. No se alegren de mí los que sin causa son mis enemigos, ni los que me aborrecen sin causa guiñen el ojo» (Salmo 35:18-19). Él se compromete a alabar a Dios y a no permitir que la maldad de sus enemigos le quite la alegría y la paz que provienen de su relación con el Todopoderoso.

Hoy, querido hermano o hermana, te animo a que te refugies en el Salmo 35 Reina Valera 1960. Permítele que sea una guía en tus momentos de adversidad y una fuente de inspiración en tu relación con Dios. No importa cuáles sean los desafíos que enfrentes, recuerda que Dios está de tu lado y que Él es tu defensor poderoso.

Así que, encomienda tus batallas y tus preocupaciones al Señor. Confía en que Él peleará por ti y te protegerá de todo mal. No te preocupes por la maldad de tus enemigos, porque Dios es quien tiene el control absoluto sobre todas las cosas.

En conclusión, el Salmo 35 Reina Valera 1960 es una poderosa oración de protección y confianza en Dios. Nos recuerda que no estamos solos en nuestras dificultades y que nuestro refugio se encuentra en el Señor. Así que, al enfrentar cualquier adversidad, levanta tu voz al cielo y declara con fe: «¡Salmo 35 Reina Valera 1960! ¡Dios peleará por mí y me protegerá de todo mal!» ¡Amén!

Salmo 35 Reina Valera 1960.