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Salmo 35 Reina Valera 1995: Un clamor de justicia y protección divina


Salmo 35 Reina Valera 1995: Un Canto de Esperanza y Protección

Salmo 35 Reina Valera 1995 – ¡Cuán grandes son tus bondades, que has guardado para los que te temen, que has mostrado a los que esperan en ti, delante de los hijos de los hombres! (Salmo 31:19)

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy nos sumergiremos en el poderoso Salmo 35 Reina Valera 1995, un canto de esperanza y protección que nos recuerda el inmenso amor y cuidado que Dios tiene por cada uno de nosotros. En medio de las luchas y adversidades de la vida, este salmo nos inspira a confiar en el Señor y a encontrar consuelo en Su presencia.

El Salmo 35 comienza con una súplica ferviente a Dios para que luche contra los enemigos del salmista. El salmista clama: «Pelea contra los que me atacan; combate a los que me combaten» (Salmo 35:1). En momentos de aflicción, podemos encontrar consuelo al saber que no estamos solos en nuestras batallas. Dios escucha nuestras plegarias y pelea por nosotros.

El salmista continúa describiendo las tácticas injustas y maliciosas de sus enemigos. Aunque se siente abrumado, el salmista confía en que Dios intervendrá y le brindará justicia. En el versículo 10, el salmista declara: «Todos mis huesos dirán: ‘Señor, ¿quién como tú, que libras al afligido de uno más fuerte que él, y al pobre y menesteroso del que lo despoja?'». A través de estas palabras, somos recordados de que, sin importar cuán poderosos sean nuestros enemigos, nuestro Dios es aún más grande. Él es nuestro defensor y protector.

El salmista también expresa su deseo de alabar y exaltar al Señor por Su bondad y misericordia. En el versículo 18, el salmista declara: «Daré gracias en la gran congregación; en medio del pueblo te alabaré». Aunque podemos enfrentar adversidades, debemos recordar que Dios es fiel y merece nuestra alabanza en todo momento. Aunque estemos pasando por tiempos difíciles, debemos aferrarnos a la esperanza de que Dios obrará en nuestras vidas y nos sostendrá hasta el fin.

En medio de la batalla, el salmista encuentra consuelo en la certeza de que Dios está cerca y conoce su sufrimiento. En el versículo 22, el salmista declara: «Tú has visto esto, oh Señor; no te calles; Señor, no te alejes de mí». Estas palabras nos recuerdan que Dios nunca nos abandona en nuestros momentos de angustia. Él está a nuestro lado, escuchando nuestras plegarias y sosteniéndonos con Su amor incondicional.

Como cristianos, podemos encontrar fortaleza y esperanza en el Salmo 35 Reina Valera 1995. Este salmo nos enseña que, sin importar las dificultades que enfrentemos, Dios está siempre presente para luchar por nosotros y brindarnos consuelo. Nos recuerda que, aunque podamos enfrentar enemigos poderosos, nuestro Dios es aún más grande y nos protegerá de todo mal.

En conclusión, el Salmo 35 Reina Valera 1995 es un canto de esperanza y protección que nos invita a confiar en el Señor en medio de nuestras luchas y adversidades. Nos recuerda que Dios es nuestro defensor y protector, y que nunca nos abandona en nuestros momentos de angustia. Encomendémonos a Él, confiemos en Su amor y misericordia, y alabémosle en todo momento. Que este salmo nos brinde fortaleza y consuelo en nuestra caminata de fe.

Salmo 35 Reina Valera 1995 – ¡Cuán grandes son tus bondades, que has guardado para los que te temen, que has mostrado a los que esperan en ti, delante de los hijos de los hombres! (Salmo 31:19)

¡Que Dios les bendiga abundantemente!

Salmo 35 Reina Valera 1995 – ¡Cuán grandes son tus bondades, que has guardado para los que te temen, que has mostrado a los que esperan en ti, delante de los hijos de los hombres! (Salmo 31:19)