Conéctate Con Dios

Salmo 35:13 revela el poder y la justicia divina


Salmo 35:13 – «Yo, en cambio, cuando ellos estaban enfermos, me vestía de cilicio; afligía mi alma con ayuno y mi oración se volvía a mi seno.»

Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Hoy quiero compartir con ustedes una poderosa enseñanza que encontramos en el Salmo 35:13. Este versículo nos muestra la actitud y la respuesta de un verdadero siervo de Dios cuando se enfrenta a la adversidad y a la injusticia. Nos habla de la compasión y el amor incondicional que debemos tener hacia nuestros prójimos, incluso cuando ellos nos causan daño.

En este Salmo, el salmista nos muestra su reacción ante la enfermedad y el sufrimiento de sus enemigos. En lugar de alegrarse por su desgracia o buscar venganza, él decide vestirse de cilicio y afligir su alma con ayuno. ¿Por qué haría esto? Porque entendía que la respuesta de un verdadero creyente debe ser siempre de compasión y misericordia.

Cuando alguien nos lastima o nos trata injustamente, nuestra respuesta natural puede ser buscar venganza o desear sufrimiento para esa persona. Pero el Salmo 35:13 nos muestra que debemos actuar de manera diferente. Debemos orar por aquellos que nos persiguen, bendecir a aquellos que nos maldicen y amar a aquellos que nos odian. Esta es la verdadera esencia del amor cristiano.

Es fácil amar a quienes nos aman y tratan bien, pero amar a nuestros enemigos es un desafío mucho mayor. Sin embargo, Jesús nos enseñó a hacer precisamente eso. En Mateo 5:44, Él nos dice: «Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen». Esta es una enseñanza radical, pero es la que nos diferencia como seguidores de Cristo.

Cuando nos encontramos con personas que nos causan daño o nos tratan injustamente, nuestra primera reacción puede ser la ira o el resentimiento. Pero el Salmo 35:13 nos llama a actuar de manera diferente. Nos insta a vestirnos de cilicio, que simboliza el arrepentimiento y la humildad, y a afligir nuestra alma con ayuno, lo cual representa una entrega total a Dios. Debemos recordar que nuestro enemigo también es un ser humano creado a imagen de Dios, y merece nuestra compasión y nuestras oraciones.

Cuando oramos por aquellos que nos han hecho daño, estamos dejando en las manos de Dios el juicio y la venganza. Estamos reconociendo que sólo Él tiene el poder y la sabiduría para tratar con cada situación y cada persona. Nuestra tarea es amar y perdonar, dejando el resto en manos de nuestro amado Señor.

Queridos hermanos y hermanas, el Salmo 35:13 nos desafía a ser verdaderos discípulos de Cristo en un mundo lleno de odio y venganza. Nos llama a mostrar compasión y amor a aquellos que nos han hecho daño, a orar por ellos y a bendecirlos. Esto no es fácil, pero con la ayuda y la gracia de Dios, podemos hacerlo.

Así que, en medio de cualquier situación difícil o injusta que enfrentemos, recordemos el ejemplo del salmista y sigamos su llamado a actuar con amor y compasión. Oremos por aquellos que nos persiguen, bendigámoslos y amémoslos como Cristo nos amó a nosotros.

En conclusión, el Salmo 35:13 nos muestra el verdadero amor cristiano, un amor que va más allá de lo que es natural y humano. Nos desafía a vestirnos de cilicio y a afligir nuestra alma con ayuno cuando nuestros enemigos están enfermos o sufren. Nos llama a orar por ellos y a mostrarles compasión y amor. Que podamos vivir de acuerdo a esta enseñanza y ser verdaderos seguidores de Cristo en todo momento.

Salmo 35:13 – «Yo, en cambio, cuando ellos estaban enfermos, me vestía de cilicio; afligía mi alma con ayuno y mi oración se volvía a mi seno.»

Amén.

Salmo 35:13 – «Yo, en cambio, cuando ellos estaban enfermos, me vestía de cilicio; afligía mi alma con ayuno y mi oración se volvía a mi seno.»