Salmo 37:1 – “No te impacientes a causa de los malignos; no tengas envidia de los que hacen iniquidad.”
Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
Hoy quiero compartir con ustedes una palabra de aliento y esperanza encontrada en el Salmo 37:1. Esta poderosa Escritura nos enseña a no perder la calma ni caer en la envidia cuando nos enfrentamos a personas maliciosas o injustas en nuestras vidas. En lugar de eso, debemos confiar en el Señor y seguir su camino.
En este mundo, a menudo nos encontramos con personas que parecen prosperar en la maldad y la injusticia. Puede ser tentador volverse impaciente y envidioso al ver cómo aquellos que no siguen los caminos de Dios obtienen éxito aparente. Sin embargo, el Salmo 37:1 nos recuerda que no debemos permitir que estas circunstancias nos afecten.
Nuestro Dios es un Dios justo y fiel. Aunque pueda parecer que los malvados triunfan, debemos recordar que su éxito es temporal y superficial. Las apariencias pueden ser engañosas, pero la verdad siempre prevalecerá. En lugar de enfocarnos en lo que los malvados están haciendo, debemos enfocarnos en la fidelidad de Dios y en seguir su voluntad.
Cuando nos encontramos con personas maliciosas en nuestra vida, debemos recordar que Dios es nuestro defensor. Él nos protegerá y nos guiará en el camino correcto. No necesitamos tomar represalias ni envidiar a aquellos que hacen el mal, porque nuestro Dios es más poderoso que cualquier adversario.
Además, debemos recordar que la envidia solo nos consume y nos aleja de la paz y la felicidad que Dios tiene reservadas para nosotros. En lugar de desear lo que otros tienen, debemos enfocarnos en cultivar una relación más profunda con nuestro Padre celestial. Él nos dará todo lo que necesitamos y más.
Cuando nos sentimos tentados a impacientarnos o envidiar a los malvados, debemos recordar las promesas de Dios en el Salmo 37:1. Él nos llama a confiar en Él, a esperar en Él y a seguir su camino. Si seguimos sus mandamientos y buscamos su voluntad, no seremos defraudados.
Así que, queridos hermanos y hermanas, no permitamos que las acciones de los malvados nos desanimen. No caigamos en la envidia ni en la impaciencia. En lugar de eso, mantengamos nuestros ojos puestos en Dios y en su fidelidad. Confíemos en que Él guiará nuestros pasos y nos dará la victoria sobre cualquier adversidad.
Recordemos siempre el Salmo 37:1 y dejemos que estas palabras se conviertan en nuestro mantra diario. No te impacientes a causa de los malignos; no tengas envidia de los que hacen iniquidad. Confía en el Señor y haz el bien; habita en la tierra, y cultiva la fidelidad. Sigamos estos consejos divinos y veremos cómo Dios obra maravillas en nuestras vidas.
Que el Salmo 37:1 sea una constante recordatoria de la fidelidad de Dios en nuestras vidas. No importa cuán oscuro parezca nuestro camino, Él siempre estará allí para guiarnos y protegernos. Confía en el Señor y no te impacientes, porque en su tiempo y a su manera, él hará justicia.
Sigamos adelante en la fe, amados hermanos y hermanas, confiando en el poder y la gracia de nuestro Dios. No importa las circunstancias que enfrentemos, recordemos siempre el Salmo 37:1 y sigamos confiando en el Señor.
Salmo 37:1 – “No te impacientes a causa de los malignos; no tengas envidia de los que hacen iniquidad.”
Amén.