Salmo 46.10: «Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra» (RVR 1960).
Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
Hoy quiero llevarles a reflexionar sobre un versículo poderoso y alentador que se encuentra en el Salmo 46.10. Este versículo nos invita a detenernos, a estar quietos y a conocer que Dios es quien está en control. Nos recuerda que Él es el Dios todopoderoso, el soberano sobre todas las cosas.
En medio de un mundo agitado y lleno de incertidumbres, a menudo nos encontramos luchando por encontrar paz y tranquilidad. Pero el Salmo 46.10 nos ofrece una solución: estar quietos y reconocer a Dios como nuestro Señor. Este acto de rendición y confianza nos permite experimentar la paz que solo Él puede dar.
Cuando nos detenemos y nos entregamos a Dios, nos damos cuenta de que no tenemos que llevar todas las cargas por nosotros mismos. Él nos invita a depositar nuestras preocupaciones y ansiedades en Él, sabiendo que Él cuidará de nosotros. En 1 Pedro 5.7 leemos: «Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros» (RVR 1960). Dios es nuestro refugio seguro, aquel en quien podemos encontrar descanso y protección.
En este mundo, a menudo nos vemos bombardeados por noticias negativas y situaciones difíciles. Pero el Salmo 46.10 nos recuerda que Dios será exaltado entre las naciones y enaltecido en la tierra. Aunque las circunstancias puedan parecer abrumadoras, Dios está trabajando en medio de ellas. Él tiene un plan y un propósito más grande del que podemos comprender. Debemos confiar en que Él está obrando en todas las cosas para su gloria y para nuestro bien.
Cuando nos detenemos y reconocemos a Dios como nuestro Señor, comenzamos a vivir una vida llena de esperanza y confianza. Ya no somos esclavos del miedo y la ansiedad, sino que somos libres para vivir en la plenitud de la gracia y el amor de Dios. El Salmo 46.10 nos invita a descansar en su presencia, sabiendo que Él tiene el control de todas las cosas.
Por lo tanto, hermanos y hermanas, les animo a que encuentren tiempo cada día para estar quietos y conocer a Dios. Dediquen momentos de oración y reflexión en su presencia, permitiendo que Él les hable y les renueve. Confíen en sus promesas y su fidelidad, sabiendo que Él cumple siempre lo que ha prometido.
En conclusión, el Salmo 46.10 nos recuerda que debemos estar quietos y conocer a Dios como nuestro Señor. Él es el Dios todopoderoso, el que está en control de todas las cosas. En medio de las dificultades y las luchas de la vida, Dios nos invita a descansar en su presencia y confiar en su plan perfecto para nosotros. Que este versículo sea un recordatorio constante para nosotros de que Dios es nuestro refugio y fortaleza, siempre dispuesto a cuidar de nosotros.
«Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra» (Salmo 46.10, RVR 1960).
Que la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento guarde vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús (Filipenses 4.7). Amén.