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Salmo 53:1: ¡Dios mira desde el cielo y aún hay esperanza!


Salmo 53:1 – «Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras abominables; no hay quien haga el bien.»

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, ¡qué bendición es estar aquí hoy para meditar en la Palabra de Dios! En este pasaje del Salmo 53:1, el salmista nos confronta con una realidad que a veces nos resulta difícil de aceptar: la existencia de personas que niegan a Dios y se entregan a obras abominables.

El salmista comienza diciendo: «Dice el necio en su corazón: No hay Dios». Este verso nos presenta a aquellos que, a pesar de la evidencia creada por Dios en todo su esplendor, eligen negar su existencia. Es triste ver cómo algunos se alejan de la verdad y se sumergen en la necedad, pensando que pueden vivir sin un Creador.

Estas personas han perdido el camino y se han corrompido. Han dejado que el pecado los controle y han decidido hacer obras abominables. En lugar de buscar la voluntad de Dios y hacer lo que es justo, se entregan a la maldad y a la injusticia. Pero, ¿qué nos dice esto a nosotros como creyentes?

En primer lugar, este versículo nos llama a estar alerta y a no caer en la trampa de la necedad. Vivimos en un mundo que constantemente nos bombardea con mensajes que intentan alejarnos de Dios. Las filosofías y las ideologías de este mundo pueden parecer atractivas, pero debemos recordar que solo en Dios encontramos la verdadera sabiduría y la verdadera paz.

En segundo lugar, este pasaje nos exhorta a hacer el bien en medio de un mundo corrupto. Aunque nos rodeen personas que nieguen a Dios y se entreguen a obras abominables, nosotros como hijos de Dios debemos ser una luz en la oscuridad. Debemos mostrar el amor y la compasión de Cristo a aquellos que nos rodean, incluso a aquellos que nos tratan con hostilidad.

Es importante recordar que nuestra batalla no es contra las personas, sino contra las fuerzas espirituales de maldad que operan en el mundo (Efesios 6:12). Por lo tanto, debemos estar fuertes en el Señor y en su poder, confiando en que Él nos capacitará para hacer el bien en medio de la adversidad.

Hermanos y hermanas, hoy quiero animarlos a permanecer firmes en su fe y a no desanimarse ante la incredulidad y la corrupción que podemos encontrar en el mundo. Recuerden las palabras del salmista: «No hay quien haga el bien». Aunque parezca que el mal prevalece, debemos confiar en que Dios tiene el control y que su justicia prevalecerá.

En momentos de desafío y desaliento, recordemos que somos hijos de un Dios poderoso y amoroso. Él está con nosotros en cada paso del camino, y nos ha dado su Espíritu Santo para guiarnos y fortalecernos. No importa cuán oscuro parezca el mundo, siempre habrá una luz que brille en medio de la oscuridad.

En conclusión, hermanos y hermanas, el Salmo 53:1 nos recuerda la importancia de reconocer a Dios como nuestro Creador y buscar su voluntad en todo momento. No caigamos en la necedad de negar su existencia, sino que busquemos su sabiduría y hagamos el bien en medio de un mundo corrupto. Que nuestras vidas sean un testimonio vivo de la gracia y el amor de Dios.

Que la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guarde nuestros corazones y nuestras mentes en Cristo Jesús. Amén.

Salmo 53:1 – «Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras abominables; no hay quien haga el bien.»