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Salmo 56:4, ¡Mis lágrimas no pasan desapercibidas!


Salmo 56:4 – «En Dios alabaré su palabra; en Dios he confiado; no temeré; ¿qué puede hacerme el hombre?»

Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Hoy quiero compartir con ustedes una poderosa promesa que encontramos en el Salmo 56:4. Este versículo nos recuerda la importancia de confiar en Dios y depositar nuestra fe en Él, sin importar las circunstancias o los temores que enfrentemos en la vida.

El salmista comienza diciendo: «En Dios alabaré su palabra». Aquí vemos la actitud de alabanza y gratitud del salmista hacia Dios. Él reconoce la importancia de la Palabra de Dios y la valora como una guía segura en su vida. La Palabra de Dios es nuestra luz en medio de la oscuridad, nuestra brújula en tiempos de confusión y nuestra fortaleza en momentos de debilidad. A través de la Palabra de Dios, recibimos consuelo, dirección y sabiduría para enfrentar los desafíos diarios.

El salmista continúa diciendo: «En Dios he confiado; no temeré». Estas palabras nos invitan a confiar plenamente en el Señor. Cuando depositamos nuestra confianza en Dios, podemos experimentar una paz sobrenatural que trasciende todo entendimiento. No importa cuán grande sea el temor o la incertidumbre que enfrentemos, cuando confiamos en Dios, Él nos sostiene y nos fortalece.

¿Qué puede hacerme el hombre? Esta pregunta retórica nos anima a reflexionar sobre la limitada capacidad del hombre para hacernos daño. A menudo, tememos lo que otros puedan hacer o decir en nuestra contra, pero el salmista nos recuerda que en última instancia, Dios tiene el control absoluto sobre nuestras vidas. Ningún plan humano puede frustrar los propósitos de Dios para nosotros. Ningún poder terrenal puede separarnos del amor y la protección de nuestro Padre celestial.

Queridos amigos, en medio de un mundo lleno de incertidumbre, violencia y adversidades, necesitamos recordar constantemente estas palabras del Salmo 56:4. Cuando enfrentemos pruebas y tribulaciones, debemos alabar la Palabra de Dios y confiar en Él. No importa cuán desalentadoras sean las circunstancias, debemos recordar que nuestro Dios es más grande y más poderoso que cualquier problema que podamos enfrentar.

Algunos de ustedes pueden estar pasando por momentos difíciles en su vida. Tal vez enfrentan problemas financieros, enfermedades, relaciones rotas o pérdidas significativas. Pero permítanme recordarles que Dios es fiel. Él está siempre presente en medio de nuestras dificultades, listo para extendernos Su amor y ayudarnos a salir adelante.

Así que, queridos hermanos y hermanas, les animo a que tomen estas palabras del Salmo 56:4 y las hagan suyas. Alabemos la Palabra de Dios en todo momento y en todas las circunstancias. Confíemos en Él sin temor, sabiendo que Él es nuestro refugio y fortaleza. Recordemos que ningún poder humano puede prevalecer contra nosotros cuando estamos en la mano de nuestro Dios Todopoderoso.

En conclusión, el Salmo 56:4 nos invita a confiar en Dios y no temer. Nos recuerda que en Él encontramos seguridad, protección y paz. En medio de las adversidades, alabemos la Palabra de Dios y confiemos en Él, sabiendo que ningún hombre puede hacernos daño cuando estamos bajo la protección de nuestro Padre celestial.

Que este verso sea un recordatorio constante en nuestras vidas y nos inspire a vivir cada día confiando en el Señor. Que nuestras palabras y acciones reflejen nuestra confianza en Él y que podamos ser un testimonio vivo de Su amor y fidelidad.

Salmo 56:4 – «En Dios alabaré su palabra; en Dios he confiado; no temeré; ¿qué puede hacerme el hombre?»

Amén y amén.