Salmo 63 Para Orar De Madrugada
Salmo 63:1-8 (RVR1960)
1 Dios, Dios mío eres tú;
De madrugada te buscaré;
Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela,
En tierra seca y árida donde no hay aguas,
2 Para ver tu poder y tu gloria,
Así como te he mirado en el santuario.
3 Porque mejor es tu misericordia que la vida;
Mis labios te alabarán.
4 Así te bendeciré en mi vida;
En tu nombre alzaré mis manos.
5 Mi alma quedará satisfecha como de mantequilla y de grosura;
Y con labios de júbilo te alabará mi boca,
6 Cuando me acuerde de ti en mi lecho,
Cuando medite en ti en las vigilias de la noche.
7 Porque has sido mi socorro,
Y así en la sombra de tus alas me regocijaré.
8 Está mi alma apegada a ti;
Tu diestra me ha sostenido.
Amados hermanos y hermanas en Cristo,
Hoy quiero compartir con ustedes un hermoso salmo que nos invita a buscar a Dios de madrugada. Salmo 63 Para Orar De Madrugada es un clamor del alma sedienta por la presencia de Dios, un deseo ardiente de experimentar Su poder y gloria.
En nuestras vidas ocupadas y llenas de distracciones, a menudo olvidamos la importancia de buscar a Dios en los momentos más tempranos del día. Sin embargo, el salmista nos enseña que al buscar a Dios de madrugada, encontramos satisfacción y consuelo para nuestra sed espiritual.
En el versículo 1, el salmista declara: “Dios, Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré”. Aquí vemos su determinación y anhelo de tener un encuentro personal con Dios. Él reconoce que su alma tiene sed de Dios, que su carne anhela Su presencia. Esta es una invitación para que nosotros también despertemos temprano y busquemos a Dios con todo nuestro ser.
El salmista continúa en el versículo 2, expresando su deseo de ver el poder y la gloria de Dios, recordando los momentos en los que ha experimentado la presencia divina en el santuario. Al leer estas palabras, somos inspirados a recordar los momentos en los que Dios nos ha tocado y ha manifestado Su poder en nuestras vidas. Es en esos momentos que nuestra fe se fortalece y nuestra sed por Dios crece aún más.
En el versículo 3, el salmista proclama la misericordia de Dios como algo mejor que la vida misma. Aquí encontramos una profunda revelación de la grandeza de Dios y Su amor incondicional hacia nosotros. Es Su misericordia la que nos sostiene y nos permite alabarle con nuestros labios en gratitud y adoración.
El salmista continúa en los versículos 4 y 5, prometiendo bendecir a Dios en su vida y alzar sus manos en Su nombre. Él reconoce que al buscar a Dios de madrugada, su alma será satisfecha y sus labios se llenarán de júbilo. Esta es una promesa para todos nosotros, que al buscar a Dios con diligencia y devoción, seremos llenos de Su presencia y experimentaremos gozo y satisfacción en Él.
En el versículo 6, el salmista nos muestra el poder de la meditación en Dios durante las vigilias de la noche. Es en esos momentos de quietud y reflexión que podemos recordar a Dios y Su fidelidad. Al recordar Sus obras y promesas, encontramos consuelo y fortaleza para enfrentar los desafíos del día siguiente.
En los versículos 7 y 8, el salmista reconoce a Dios como su socorro y refugio. Él se regocija en la sombra de las alas de Dios, reconociendo que Su diestra le ha sostenido. Esta es una imagen poderosa de la protección y el amparo que encontramos en Dios cuando buscamos Su presencia en los momentos más tempranos del día.
Hermanos y hermanas, el Salmo 63 Para Orar De Madrugada nos anima a buscar a Dios en los momentos más tempranos del día. Nos recuerda que en Él encontramos satisfacción para nuestra sed espiritual, poder para enfrentar los desafíos de cada día y consuelo en medio de las dificultades. Que este salmo sea una inspiración para despertar temprano y buscar a Dios con todo nuestro corazón, sabiendo que Él nos espera con brazos abiertos.
Salmo 63 Para Orar De Madrugada, Dios, Dios mío eres tú;
De madrugada te buscaré;
Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela,
En tierra seca y árida donde no hay aguas.