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Salmo 69:21 revela la sed de justicia y venganza divina


Salmo 69:21 – «Me dieron hiel por comida, y en mi sed me dieron a beber vinagre.» (Reina Valera)

Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Hoy nos reunimos para reflexionar sobre un verso inspirador del Salmo 69:21. Este versículo nos habla de las dificultades y sufrimientos que Jesús enfrentó durante su crucifixión en la cruz. Nos muestra cómo fue despreciado y maltratado, incluso en su momento más vulnerable.

El Salmo 69 es un himno de lamentación y súplica, donde el salmista expresa su angustia y dolor ante la adversidad. En este contexto, el versículo 21 destaca por su poderoso mensaje de perseverancia y redención. Aunque Jesús fue tratado con desdén y crueldad, nunca dejó de cumplir su propósito divino: salvar a la humanidad del pecado y la muerte.

Imaginemos el momento en que Jesús, clavado en la cruz, sediento y agotado, recibe un poco de vinagre para calmar su sed. En lugar de recibir algo refrescante y reconfortante, le dieron hiel. ¿Qué podemos aprender de esta experiencia dolorosa?

Primero, nos enseña sobre el sufrimiento redentor de Cristo. Jesús soportó el dolor y la humillación para que nosotros pudiéramos encontrar la salvación y la vida eterna. Su sacrificio supremo es un testimonio del amor inmenso que Dios tiene por cada uno de nosotros. A través de Su muerte en la cruz, Jesús abrió el camino hacia la reconciliación con Dios.

En segundo lugar, este verso nos muestra la respuesta de Jesús ante la adversidad. A pesar de las circunstancias desfavorables, Él no dejó que el sufrimiento lo consumiera. En lugar de enfocarse en el dolor físico y la injusticia, Jesús mantuvo su mirada en el propósito de su misión. Su enfoque estaba en la redención de la humanidad y en cumplir la voluntad de Dios.

Esto nos lleva a una enseñanza valiosa en nuestras propias vidas. Todos enfrentamos momentos de dificultad y sufrimiento. Puede que no sean tan extremos como la crucifixión, pero aún así pueden ser desafiantes. Sin embargo, al igual que Jesús, podemos mantener la esperanza y la fe en medio de las pruebas.

Cuando sentimos que nos están dando «hiel por comida» y «vinagre por beber», podemos recordar que Dios siempre está con nosotros. Él nos fortalecerá y nos guiará a través de nuestras adversidades. Él nos dará la fuerza para superar los obstáculos y encontrar un propósito más elevado en medio de nuestras pruebas.

Además, este verso también nos desafía a examinar nuestra propia actitud hacia aquellos que nos han tratado injustamente. Jesús, en lugar de buscar venganza o resentimiento, extendió su amor y perdón incluso a aquellos que lo crucificaron. Su ejemplo nos inspira a tratar a los demás con compasión y misericordia, incluso cuando nos enfrentamos a la injusticia.

En resumen, el Salmo 69:21 nos recuerda el poder y la redención del sufrimiento de Cristo. Nos alienta a mantener nuestra mirada en el propósito divino en medio de las dificultades y a confiar en la fidelidad de Dios. Nos desafía a responder a la adversidad con amor y perdón, siguiendo el ejemplo de nuestro Salvador.

Así que, hermanos y hermanas, encomendémonos a Dios en todo momento, sabiendo que Él nunca nos abandonará. Recordemos el sacrificio de Jesús en la cruz y dejemos que su amor y gracia inunden nuestras vidas. Que el Salmo 69:21 sea un recordatorio constante de la esperanza y la fortaleza que encontramos en Cristo.

«Me dieron hiel por comida, y en mi sed me dieron a beber vinagre.» (Salmo 69:21, Reina Valera)

Que la paz y el amor de Dios estén siempre con ustedes.

Amén.