Salmo 86 Reina Valera 1960: Un canto de confianza en Dios
Salmo 86 Reina Valera 1960 – Un canto de confianza en Dios
¿Alguna vez has sentido que la vida te supera? ¿Has experimentado momentos de angustia, incertidumbre o desesperación? Si es así, quiero recordarte que no estás solo. Todos enfrentamos desafíos y pruebas en nuestras vidas, pero lo importante es cómo respondemos a ellas.
En el Salmo 86 Reina Valera 1960 encontramos un hermoso canto de confianza en Dios. El salmista nos muestra el ejemplo de poner nuestra fe en el Señor en medio de las dificultades. A través de sus palabras, podemos aprender lecciones valiosas para nuestra propia caminata de fe.
El salmista empieza reconociendo su necesidad de Dios. En el versículo 1 nos dice: «Inclina, oh Jehová, tu oído, y escúchame, porque estoy afligido y menesteroso». Aquí vemos la humildad del salmista, reconociendo que necesita la intervención divina. Esta es una actitud que debemos imitar, reconocer que somos dependientes de Dios y que solo Él puede suplir nuestras necesidades.
En el versículo 2, el salmista expresa su confianza en Dios al decir: «Guarda mi alma, porque soy santo; salva tú, Dios mío, a tu siervo que en ti confía». A pesar de las circunstancias difíciles, el salmista confía en la santidad de Dios y en su capacidad para salvar. Esta es una fe firme y segura, que nos recuerda que no importa cuán grande sea el problema, Dios es más grande y puede librarnos.
A medida que avanzamos en el Salmo 86 Reina Valera 1960, encontramos una hermosa declaración de la grandeza de Dios. En el versículo 8, el salmista dice: «No hay entre los dioses semejante a ti, oh Señor, ni obras que igualen tus obras». Aquí vemos la adoración y alabanza del salmista hacia Dios. Reconoce que no hay otro dios como el Señor y que sus obras son inigualables. Esta es una verdad que debemos recordar en todo momento, que nuestro Dios es único y poderoso.
En el versículo 11, el salmista nos anima a seguir los caminos de Dios: «Enséñame, oh Jehová, tu camino; caminaré yo en tu verdad; afirma mi corazón para que tema tu nombre». Aquí vemos la importancia de buscar la guía de Dios, de seguir sus enseñanzas y de temer su nombre. Cuando nos sometemos a la voluntad de Dios y seguimos sus caminos, encontramos paz y seguridad.
El salmista concluye este hermoso salmo con una declaración de confianza en Dios. En el versículo 12, nos dice: «Te alabaré, oh Señor Dios mío, con todo mi corazón, y glorificaré tu nombre para siempre». A pesar de las dificultades y pruebas, el salmista elige alabar a Dios con todo su corazón. Esta es una actitud que debemos adoptar, reconocer que Dios merece nuestra alabanza en todo momento y en todas las circunstancias.
En resumen, el Salmo 86 Reina Valera 1960 nos enseña lecciones valiosas sobre la confianza en Dios. Nos muestra la importancia de reconocer nuestra necesidad de Él, de confiar en su poder y grandeza, de seguir sus caminos y de alabarlo en todo momento. Que este salmo sea un recordatorio constante de que podemos poner nuestra fe en el Señor, en medio de cualquier situación que enfrentemos.
Salmo 86 Reina Valera 1960 – Un canto de confianza en Dios
Salmo 86 Reina Valera 1960 – Un canto de confianza en Dios
Salmo 86 Reina Valera 1960: «Inclina, oh Jehová, tu oído, y escúchame, porque estoy afligido y menesteroso» (Salmo 86:1).
Referencia bíblica:
Salmo 86 Reina Valera 1960.