Salmo 86 Reina Valera: Una Oración de Suplica en Medio de la Adversidad
Salmo 86 Reina Valera es un hermoso y poderoso salmo que nos muestra la humildad y confianza del salmista en Dios. Este salmo, atribuido a David, es una oración de súplica en medio de la adversidad, donde el salmista busca el favor y la protección divina.
Desde el principio, el salmista nos muestra su dependencia total de Dios. En el versículo 1, el salmista clama: “Inclina, oh Jehová, tu oído, y escúchame, porque estoy afligido y necesitado”. Esta sencilla declaración nos muestra la actitud humilde y sincera del salmista al acudir a Dios en busca de ayuda. Reconoce su propia necesidad y confía en que Dios escuchará su clamor.
En los versículos 2 y 3, el salmista reconoce la grandeza y misericordia de Dios, y confía en Su fidelidad: “Preserva mi alma, porque soy piadoso; salva tú, Dios mío, a tu siervo que en ti confía”. Aquí vemos la fe inquebrantable del salmista, quien se considera a sí mismo como un siervo de Dios y confía en que Él lo protegerá.
En medio de la adversidad, el salmista busca la guía y el consuelo de Dios. En el versículo 6, declara: “Escucha, oh Jehová, mi oración, y está atento a la voz de mis ruegos”. El salmista entiende que solo Dios puede escuchar y responder a sus peticiones, por lo que se humilla ante Él y confía en Su respuesta.
El salmista también reconoce la grandeza de Dios y Su capacidad de hacer milagros. En el versículo 8, declara: “No hay entre los dioses semejantes a ti, oh Señor, ni obras que igualen tus obras”. Aquí vemos la alabanza y adoración del salmista hacia Dios, reconociendo que solo Él es digno de toda gloria y poder.
En los versículos 11 y 12, el salmista pide a Dios que le enseñe Su camino y le guíe en la verdad: “Enséñame, oh Jehová, tu camino; caminaré yo en tu verdad; afirma mi corazón para que tema tu nombre”. El salmista reconoce la importancia de seguir los caminos de Dios y busca Su dirección para poder vivir una vida justa y agradable a Él.
El salmista confía en la bondad y el amor de Dios, incluso en medio de la adversidad. En el versículo 15, declara: “Mas tú, Señor, Dios misericordioso y clemente, lento para la ira, y grande en misericordia y verdad”. Aquí vemos la certeza del salmista de que Dios es compasivo y fiel, y que siempre estará dispuesto a perdonar y mostrar misericordia.
En el versículo 17, el salmista hace una petición final a Dios: “Haz conmigo una señal para bien, para que lo vean mis enemigos, y sean avergonzados; porque tú, Jehová, me ayudaste y me consolaste”. Aquí vemos la confianza del salmista en que Dios no solo responderá a su petición, sino que también demostrará Su poder y gloria a sus enemigos.
En conclusión, Salmo 86 Reina Valera es una poderosa oración de súplica en medio de la adversidad. Nos enseña la importancia de confiar en Dios en todo momento, reconocer Su grandeza y misericordia, y buscar Su dirección en nuestras vidas. A través de este salmo, podemos aprender a humillarnos ante Dios, confiar en Su fidelidad y experimentar Su amor y protección.
Que cada palabra de este salmo resuene en nuestros corazones y nos llene de fe y esperanza. Invoquemos a Dios en medio de nuestras dificultades, confiando en que Él nos escuchará y responderá. Salmo 86 Reina Valera es un recordatorio poderoso de que en Dios encontramos refugio, fortaleza y consuelo en todo momento.
Salmo 86 Reina Valera, una oración de suplica en medio de la adversidad, nos inspira a confiar en el Dios de amor y misericordia que está siempre dispuesto a escuchar nuestras oraciones y extendernos Su gracia. Que este salmo sea nuestra guía en tiempos de necesidad y nuestra fuente de consuelo y fortaleza cuando enfrentemos dificultades.
Salmo 86 Reina Valera: “Inclina, oh Jehová, tu oído, y escúchame, porque estoy afligido y necesitado”. Que esta sencilla y poderosa oración nos motive a acudir a Dios en busca de ayuda y confiar en Su fidelidad y amor incondicional. Que el Salmo 86 Reina Valera sea nuestra guía y refugio en todo momento.
Salmo 86 Reina Valera, una oración de súplica en medio de la adversidad, nos enseña que en Dios encontramos fortaleza, protección y consuelo. Invoquemos a Dios con humildad y confianza, sabiendo que Él siempre escuchará nuestras peticiones y nos sostendrá en tiempos difíciles. Que este salmo sea nuestra fuente de inspiración y esperanza en todo momento.