Salmo 86 Biblia Católica: Descubre la Fuerza de la Oración y la Confianza en Dios
¡Bienvenidos, amados hermanos y hermanas en Cristo! Hoy quiero compartir con todos ustedes un pasaje bíblico lleno de sabiduría y enseñanzas poderosas. Nos sumergiremos en el Salmo 86 de la Biblia Católica, una joya que nos revela la importancia de la oración y la confianza absoluta en nuestro amado Dios.
En este Salmo, el salmista David nos muestra su deseo sincero de buscar a Dios y su reconocimiento de la grandeza del Señor. Él clama: “Inclina, oh Jehová, tu oído y escúchame, porque estoy afligido y menesteroso. Preserva mi alma, porque soy piadoso; salva tú, Dios mío, a tu siervo que en ti confía” (Salmo 86:1-2).
Estas palabras nos revelan la actitud humilde y humana de David, quien reconoce su necesidad de la intervención divina. Él se postra ante Dios, buscando su protección y salvación. Esto nos enseña una lección fundamental: debemos acudir a Dios en todo momento, especialmente cuando enfrentamos dificultades y desafíos en nuestras vidas.
El salmista continúa diciendo: “Alégrame el alma de tu siervo, porque a ti, oh Señor, levanto mi alma. Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, y grande en misericordia para con todos los que te invocan” (Salmo 86:4-5). En estas palabras encontramos una profunda afirmación de la bondad y la misericordia de Dios. Él es capaz de alegrar nuestras almas y perdonar nuestros pecados si nos acercamos a Él con un corazón sincero y arrepentido.
La confianza en Dios es un tema recurrente en este Salmo. El salmista declara: “Enséñame tu camino, oh Jehová; caminaré yo en tu verdad; afirma mi corazón para que tema tu nombre” (Salmo 86:11). Aquí vemos la humildad de David al reconocer que necesita la guía y la enseñanza de Dios en su vida. Él desea caminar en la verdad y ser fortalecido en su fe para honrar y temer al Señor.
Amados hermanos y hermanas, este pasaje nos desafía a seguir el ejemplo de David y buscar la dirección de Dios en nuestras vidas. Debemos estar dispuestos a aprender de Él y permitir que nos fortalezca en nuestra fe. La confianza en Dios nos capacita para enfrentar cualquier adversidad, ya que sabemos que Él está con nosotros y nos guiará por el camino correcto.
El Salmo 86 concluye con una hermosa afirmación de la grandeza de Dios: “Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, y grande en misericordia para con todos los que te invocan. Escucha, oh Jehová, mi oración, y está atento a la voz de mis ruegos. En el día de mi angustia te llamaré, porque tú me respondes” (Salmo 86:5-7).
Estas palabras nos recuerdan que nuestro Dios es amoroso, bondadoso y misericordioso. Él siempre está dispuesto a escuchar nuestras oraciones y responder a nuestros ruegos. No importa cuán angustiados nos sintamos, podemos confiar en que Dios está a nuestro lado, listo para extendernos su amor y gracia.
Hermanos y hermanas, el Salmo 86 de la Biblia Católica es un recordatorio poderoso de la importancia de la oración y la confianza en Dios. Nos enseña que debemos acudir a Él en todo momento, buscando su guía y protección. Él es un Dios bueno, perdonador y misericordioso que siempre está dispuesto a escucharnos y responder a nuestras necesidades.
Así que los invito a meditar en este Salmo 86, a incorporar sus enseñanzas en nuestras vidas y a experimentar la paz y la fortaleza que proviene de buscar a Dios en oración. Que nuestras almas se eleven hacia Él, confiando en su bondad y misericordia. ¡Que el Salmo 86 sea un faro de esperanza y fe en nuestras vidas!
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