Salmo 86:5 – “Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, y grande en misericordia para con todos los que te invocan.” (Reina Valera)
¡Buen día, queridos hermanos y hermanas en Cristo! Hoy quiero compartir con ustedes una verdad maravillosa que se encuentra en el Salmo 86:5 de la Palabra de Dios. Este versículo nos habla del carácter de nuestro amado Señor, su bondad, su perdón y su inmenso amor hacia nosotros.
En este mundo lleno de imperfecciones y errores, es fácil caer en la trampa de creer que no somos lo suficientemente buenos o dignos del amor de Dios. Sin embargo, el Salmo 86:5 nos recuerda que el Señor es bueno en todo momento. Su bondad no se limita a nuestras acciones o merecimientos, sino que es un reflejo de su propio ser. Dios es esencialmente bueno, y su bondad se manifiesta en su trato con nosotros.
Es reconfortante saber que Dios es perdonador. A veces, podemos sentirnos abrumados por nuestros pecados y fracasos. Podemos pensar que estamos demasiado lejos de la gracia de Dios. Pero, hermanos, el Salmo 86:5 nos asegura que el Señor es grande en misericordia. Su perdón es abundante y está disponible para todos aquellos que lo invocan. No importa cuán grande o pequeño sea nuestro pecado, Dios está dispuesto a perdonarnos y a restaurarnos.
¿No es asombroso? Nuestro Dios es grande en misericordia y está dispuesto a perdonar. No hay pecado demasiado grande para su gracia. No hay pasado oscuro que no pueda ser lavado por su amor. Si nos arrepentimos sinceramente y acudimos a Él, encontraremos un perdón completo y liberador. No hay condenación en Cristo Jesús, solo hay amor y misericordia.
Amados hermanos y hermanas, esta verdad debe llenarnos de esperanza y gozo. No importa cuántas veces hayamos fallado, cuántas veces hayamos tropezado en el camino, el Señor está dispuesto a perdonar y a darnos una nueva oportunidad. Su amor y misericordia no tienen límites. Podemos acercarnos a Él con confianza, sabiendo que siempre seremos recibidos con brazos abiertos.
Así que, en medio de cualquier situación difícil o prueba que estemos enfrentando, recordemos el Salmo 86:5. Que este versículo nos inspire a perseverar en la fe, a confiar en la bondad y el perdón de nuestro amado Señor. No importa cuán oscuro parezca el camino, Él está con nosotros, listo para guiarnos y sostenernos.
Hermanos, compartamos esta bendición con otros. Mostremos al mundo que tenemos un Dios que es bueno, perdonador y grande en misericordia. Que nuestra vida sea un testimonio vivo de su amor y gracia.
En conclusión, el Salmo 86:5 nos revela el carácter de nuestro Dios. Él es bueno, perdonador y grande en misericordia. No hay límites para su amor y perdón. Así que, hermanos, recordemos este versículo en todo momento. Confíemos en su bondad y acerquémonos a Él con confianza. Él siempre está dispuesto a perdonarnos y a restaurarnos. ¡Gloria a Dios por su amor inagotable!
“Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, y grande en misericordia para con todos los que te invocan.” (Salmo 86:5, Reina Valera)
¡Que la paz y el amor de Dios sean con todos ustedes!