Salmo 89:15 “Bienaventurado el pueblo que sabe aclamarte; andará, oh Jehová, a la luz de tu rostro.” (Reina Valera)
Queridos hermanos y hermanas en la fe,
Hoy quiero compartir con ustedes una porción de las Escrituras que nos llena de esperanza y nos recuerda la importancia de buscar a Dios en todo momento. En el Salmo 89:15, leemos: “Bienaventurado el pueblo que sabe aclamarte; andará, oh Jehová, a la luz de tu rostro.” Estas palabras nos invitan a reflexionar sobre la bendición de conocer a Dios y caminar en Su presencia.
El salmista nos enseña que aquellos que reconocen a Dios como su Señor y Salvador son bendecidos. La palabra “bienaventurado” nos habla de una gran felicidad y gozo que proviene de tener una relación cercana con nuestro Creador. Los que saben aclamar a Dios, aquellos que lo alaban y le dan gracias, experimentan el amor y la gracia divina en sus vidas. Es un privilegio ser parte del pueblo de Dios y poder experimentar Su presencia en nuestras vidas diarias.
“andará, oh Jehová, a la luz de tu rostro.” Esta frase nos habla de una intimidad profunda con Dios. Caminar a la luz de Su rostro implica ser guiados por Su Espíritu Santo, permitiendo que Su luz ilumine nuestro camino y nos conduzca por sendas de justicia. Cuando nos acercamos a Dios con un corazón abierto y dispuesto a seguir Su voluntad, Él nos mostrará el camino que debemos seguir. No estamos solos en esta jornada, sino que tenemos al todopoderoso Dios a nuestro lado, iluminando nuestro camino y fortaleciendo nuestra fe.
Es importante destacar que la bendición de caminar en la luz de Su rostro no está reservada solo para unos pocos privilegiados, sino que está disponible para todo aquel que busca a Dios con sinceridad y humildad. No importa cuál sea nuestra situación actual, la promesa de Dios es que si le buscamos de todo corazón, lo encontraremos (Jeremías 29:13).
En medio de los desafíos y dificultades de la vida, es fácil perder de vista la importancia de buscar a Dios y caminar en Su presencia. Sin embargo, es en esos momentos cuando más necesitamos su dirección y fortaleza. Recordemos que el pueblo que sabe aclamar a Dios es bienaventurado, y aunque los tiempos sean difíciles, podemos encontrar consuelo y esperanza en Su presencia.
En nuestro caminar diario, es esencial cultivar una relación íntima con Dios a través de la oración, la lectura de Su Palabra y la comunión con otros creyentes. Es en estos momentos de encuentro con Dios que somos renovados y fortalecidos para enfrentar los desafíos que se presentan en nuestra vida cotidiana.
Al final del día, lo más importante no es cuánto hemos logrado en el mundo, sino cuán cerca hemos estado de Dios y cómo hemos influenciado a otros con Su amor y gracia. Que nuestro mayor anhelo sea ser reconocidos como aquellos que caminan a la luz de Su rostro, reflejando Su amor y verdad en todas nuestras acciones y palabras.
Así que, queridos hermanos y hermanas, recordemos siempre las palabras del Salmo 89:15: “Bienaventurado el pueblo que sabe aclamarte; andará, oh Jehová, a la luz de tu rostro.” Busquemos a Dios de todo corazón, alabémoslo y sigamos Su guía. Que seamos conocidos como aquellos que caminan en la luz de Su rostro, trayendo esperanza y bendición a aquellos que nos rodean.
Que la paz y el amor de Dios les acompañen siempre.
Salmo 89:15 “Bienaventurado el pueblo que sabe aclamarte; andará, oh Jehová, a la luz de tu rostro.” (Reina Valera)