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Salmo 90:1, un llamado a la reflexión divina


Salmo 90:1 – “Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.”

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy quiero compartir con ustedes una poderosa verdad que se encuentra en el Salmo 90:1. Este versículo nos revela una gran promesa y nos recuerda que nuestro Dios es nuestro refugio y fortaleza en todo momento, de generación en generación.

Cuando nos sumergimos en las palabras de este salmo, podemos sentir el amor y la protección de nuestro Señor. Él es nuestro refugio, un lugar seguro al cual podemos acudir en medio de las tormentas de la vida. En este mundo incierto y cambiante, donde enfrentamos desafíos y dificultades constantes, necesitamos un refugio sólido en el cual confiar.

Nuestro refugio no es temporal ni limitado por el tiempo. No es algo que solo nos acompaña en un momento específico de nuestras vidas, sino que trasciende las generaciones. Desde los tiempos antiguos hasta el presente, Dios ha sido el refugio de su pueblo. Él ha sido la roca firme sobre la cual se han apoyado aquellos que lo buscan con fe y confianza.

En este mundo lleno de incertidumbre, es fácil sentirse abrumado y desprotegido. Sin embargo, el Salmo 90:1 nos recuerda que nuestro refugio no depende de las circunstancias externas. No importa cuán caótico o desafiante sea nuestro entorno, Dios siempre será nuestro lugar de seguridad. Él es la roca sólida que permanece inmutable mientras todo lo demás se desvanece.

Verdaderamente, el mensaje de este salmo es una fuente de esperanza y consuelo para todos aquellos que lo reciben con un corazón abierto. A través de estas palabras, somos recordados de que no estamos solos en nuestras luchas y tribulaciones. Tenemos un Dios amoroso y fiel que está dispuesto a ser nuestro refugio, nuestro lugar de descanso y nuestra fortaleza en todo momento.

En momentos de dolor y pérdida, podemos buscar consuelo en la presencia de nuestro refugio eterno. Cuando enfrentamos desafíos y pruebas, podemos confiar en que Dios nos dará la fuerza para superarlos. Él es el refugio que nos da paz en medio de la tormenta, la luz en la oscuridad y la esperanza en tiempos de desesperación.

Queridos hermanos y hermanas, no importa cuáles sean las circunstancias que enfrentemos en nuestras vidas, recordemos siempre que tenemos un refugio seguro en nuestro Dios. No importa cuánto tiempo haya pasado, Él sigue siendo el mismo refugio que ha sido para sus hijos a lo largo de las generaciones.

Al finalizar, quiero animarlos a que mediten en el Salmo 90:1: “Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.” Permitan que estas palabras penetren en lo más profundo de su ser y les brinden paz y seguridad. Recuerden que en Dios encontramos el descanso y la protección que tanto anhelamos.

Que el Señor les bendiga y les guarde, y que encuentren consuelo y fortaleza en su eterno refugio. Amén.

Salmo 90:1 – “Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.”