Salmo 90:10 – Una Reflexión Sobre la Brevedad de la Vida
El Salmo 90:10 nos enseña una poderosa lección sobre la brevedad de la vida. En este hermoso pasaje de las Sagradas Escrituras, el salmista nos recuerda que nuestra existencia en esta tierra es efímera y fugaz. Pero, ¿qué significa esto para nosotros como creyentes? ¿Cómo podemos encontrar inspiración y sabiduría en medio de esta realidad?
En primer lugar, es importante reconocer que aunque nuestra vida terrenal pueda parecer larga, en comparación con la eternidad, es solo un breve suspiro. El salmista nos dice: “Los días de nuestra edad son setenta años; y en los más robustos, ochenta años; con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, porque pronto pasan, y volamos” (Salmo 90:10).
Este versículo nos invita a reflexionar sobre cómo invertimos nuestro tiempo aquí en la tierra. Nuestra vida es un regalo precioso y limitado, por lo que debemos aprovechar cada momento para glorificar a Dios y servir a los demás. No debemos perder tiempo en vanidades o en perseguir riquezas temporales que se desvanecen con el tiempo. Más bien, debemos buscar lo que es eterno y significativo.
En segundo lugar, este pasaje nos anima a vivir con sabiduría y discernimiento. El salmista nos recuerda que nuestra fortaleza se convierte en molestia y trabajo. A medida que envejecemos, nos enfrentamos a limitaciones físicas y emocionales. Pero en lugar de desanimarnos, debemos aprovechar esta realidad para cultivar una mayor dependencia de Dios y una sabiduría que solo se adquiere a través de la experiencia.
Nuestra vida es como un reloj de arena, con cada grano de arena que cae representando un valioso momento. Por lo tanto, debemos ser diligentes en utilizar nuestro tiempo sabiamente, invirtiendo en relaciones significativas, buscando el conocimiento y la verdad, y dedicándonos a la obra de Dios. Como dice el apóstol Pablo en Efesios 5:15-16: “Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos”.
Finalmente, este pasaje nos invita a contemplar nuestra mortalidad y a encontrar consuelo en la promesa de la vida eterna. Aunque nuestra vida aquí puede ser breve, tenemos la esperanza de una vida futura en la presencia de Dios. Como creyentes, nuestra confianza no se basa en nuestra propia fuerza o en nuestras circunstancias, sino en la fidelidad y el amor eterno de nuestro Señor.
El Salmo 90:10 nos desafía a vivir con un sentido de urgencia y propósito. Nos inspira a valorar cada día y a buscar una relación más profunda con Dios. Nos recuerda que nuestra vida es un regalo precioso y que debemos invertirla en cosas eternas. No nos desanimemos por la brevedad de nuestra existencia, sino que encontremos consuelo en la promesa de la vida eterna con nuestro amado Salvador.
Así que, amados hermanos y hermanas, que este Salmo 90:10 sea un recordatorio constante en nuestras vidas. Que nos inspire a vivir con sabiduría, a aprovechar cada momento y a buscar la eternidad en todo lo que hacemos. Y que, al final de nuestros días, podamos decir con confianza: “Señor, Tú has sido nuestro refugio, de generación en generación” (Salmo 90:1).
Que Dios bendiga tu vida y te guíe en cada paso que des. Que encuentres consuelo y esperanza en Su Palabra y que vivas cada día con gratitud y propósito. Amén.
Salmo 90:10: “Los días de nuestra edad son setenta años; y en los más robustos, ochenta años; con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, porque pronto pasan, y volamos”.