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Salmo 91 92: El Refugio del Altísimo, un canto de fortaleza y protección


Salmo 91 92: Un canto de alabanza y protección divina

Salmo 91 92 es un tesoro de inspiración y consuelo, un himno que nos recuerda la grandeza y el cuidado de nuestro Dios. Este salmo nos invita a encontrar refugio en el Señor, a confiar en su poder y a alabarlo en todo momento. A través de sus palabras, somos recordados de que Dios es nuestro protector y que su fidelidad nunca falla.

En este salmo, el salmista comienza alabando a Dios, agradeciéndole por su amor inagotable y su misericordia eterna. Nos dice: “Bueno es alabarte, oh Jehová, y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo; para mostrar por la mañana tu misericordia, y tu fidelidad cada noche” (Salmo 92:1-2). Qué hermoso es recordar que cada día, desde la mañana hasta la noche, Dios está presente en nuestras vidas, dispuesto a extendernos su misericordia y a revelarnos su fidelidad.

A medida que avanzamos en este salmo, somos recordados de la grandeza de nuestro Dios y de su poder sobre los enemigos. El salmista declara: “Porque tú, Jehová, me has alegrado con tus obras; en las obras de tus manos me gozo” (Salmo 92:4). ¡Qué gozo experimentamos cuando reconocemos y nos maravillamos de las obras de Dios! En medio de los desafíos y adversidades, podemos encontrar consuelo y alegría al recordar que Dios es el autor de nuestras victorias y que su poder es inigualable.

El salmo continúa revelando la bendición y la prosperidad que reciben aquellos que confían y se aferran a Dios. Nos dice: “El justo florecerá como la palma; crecerá como cedro en el Líbano. Plantados en la casa de Jehová, en los atrios de nuestro Dios florecerán” (Salmo 92:12-13). Aquellos que confían en el Señor y permanecen en su presencia serán fortalecidos y prosperados. Serán como árboles firmemente arraigados en el suelo, capaces de resistir cualquier tormenta y de florecer en medio de la sequedad.

Además de la promesa de bendición, el salmo nos recuerda la importancia de reconocer y alabar a Dios por todo lo que hace. Nos dice: “Porque tú, Jehová, me has hecho gozar con tus obras; en las obras de tus manos me gozo” (Salmo 92:4). Cuando nos detenemos a reflexionar en las maravillas que Dios ha realizado en nuestras vidas, nuestro corazón se llena de gratitud y alabanza. Cada avance, cada victoria, cada provisión es motivo para alabar y adorar al Señor.

En conclusión, Salmo 91 92 es un cántico de adoración y protección divina que nos invita a confiar en el Señor en todo momento. Nos recuerda que Dios es nuestro refugio y nuestra fortaleza, dispuesto a extender su amor y su misericordia hacia nosotros. Nos anima a alabar y adorar al Señor, reconociendo su grandeza y su poder sobre todas las cosas.

Que en medio de cualquier circunstancia, podamos encontrar consuelo y fortaleza en las palabras de Salmo 91 92. Que podamos confiar en que Dios está con nosotros, que nos protege y nos sostiene. Que podamos alabar y adorar al Señor en todo momento, reconociendo su fidelidad y su amor inagotable.

Salmo 91 92: “Bueno es alabarte, oh Jehová, y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo; para mostrar por la mañana tu misericordia, y tu fidelidad cada noche” (Salmo 92:1-2).

Salmo 91 92: Un canto de alabanza y protección divina. Que estas palabras resuenen en nuestros corazones y nos inspiren a confiar en el Dios que nos guarda y nos sostiene. En medio de los desafíos y las pruebas, recordemos que Dios es nuestro refugio y nuestra fortaleza. Que su amor y su fidelidad sean nuestra guía y nuestra esperanza. A Él sea toda la gloria y la alabanza. Amén.