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Salmo 91:14-16 - El refugio divino: promesas de protección y salvación


Salmo 91:14-16 – El Amoroso Llamado de Dios

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy nos reunimos para reflexionar sobre las poderosas palabras del Salmo 91:14-16. Estos versículos encierran un mensaje de amor, protección y promesa divina que nos llena de esperanza y fortaleza en momentos de dificultad. Permítanme compartir con ustedes las profundas verdades contenidas en estas palabras sagradas.

En primer lugar, el Salmo 91:14 nos revela el amoroso llamado de Dios hacia nosotros: «Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré». ¡Qué consuelo y paz encontramos al saber que somos amados por el Todopoderoso! Dios nos ha elegido y nos ha dado su amor incondicional. No importa cuán grande sea nuestra aflicción o cuántas tormentas enfrentemos en la vida, Dios está con nosotros y nos libra de todo mal.

En segundo lugar, este pasaje nos asegura que Dios nos protege en tiempos de peligro: «Lo pondré en alto, porque ha conocido mi nombre». Nuestro Padre celestial nos conoce íntimamente, sabe quiénes somos y nos guarda bajo su ala protectora. Él nos levanta por encima de las circunstancias adversas y nos mantiene a salvo en su amor. No importa cuán amenazante parezca el mundo que nos rodea, Dios nos coloca en un lugar seguro donde ninguna fuerza maligna puede alcanzarnos.

Además, el Salmo 91:15 nos revela que Dios responde a nuestras oraciones: «Me invocará, y yo le responderé». Qué maravilloso es saber que nuestro amado Señor siempre está dispuesto a escucharnos y a responder nuestras súplicas. En los momentos de angustia, cuando clamamos a Dios con sinceridad y fe, Él viene en nuestro auxilio y nos brinda su consuelo y dirección. Nunca estamos solos en nuestras luchas, porque el Dios todopoderoso está a nuestro lado, atento a nuestras necesidades y dispuesto a obrar en nuestro favor.

Finalmente, en el Salmo 91:16 encontramos una promesa de bendición y larga vida: «Con largura de días saciaré, y le mostraré mi salvación». Dios no solo nos protege y responde a nuestras oraciones, sino que también nos concede una vida plena y abundante. Él nos ofrece la bendición de vivir una vida llena de propósito y significado, y nos muestra su salvación eterna a través de Jesucristo. En sus manos encontramos la plenitud de vida que anhelamos, y la seguridad de una eternidad junto a Él.

Queridos hermanos y hermanas, mientras meditamos en estas palabras sagradas, seamos recordados de que somos amados, protegidos y bendecidos por el Dios todopoderoso. No importa cuán difíciles sean las pruebas que enfrentemos, podemos confiar en que Él está con nosotros, librando nuestras batallas y guiándonos en victoria. ¡Qué gozo es encontrar refugio en el amor y la fidelidad de nuestro Padre celestial!

Que nuestras vidas sean testimonios vivientes de las promesas contenidas en Salmo 91:14-16. Oremos para que el Espíritu Santo nos fortalezca y nos ayude a vivir bajo la sombra del Altísimo, confiando en su protección y experimentando su amor sin límites. Que cada día podamos recordar estas palabras de poder y avivar nuestra fe en el Dios que nos llama y nos da vida.

Recordemos siempre estas palabras de aliento y esperanza: «Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; lo pondré en alto, porque ha conocido mi nombre. Me invocará, y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; lo libraré y le glorificaré. Con largura de días saciaré, y le mostraré mi salvación» (Salmo 91:14-16).

Que Dios los bendiga y los guarde bajo su amoroso abrazo. Amén.


Salmo 91:14-16 – El Amoroso Llamado de Dios

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy nos reunimos para reflexionar sobre las poderosas palabras del Salmo 91:14-16. Estos versículos encierran un mensaje de amor, protección y promesa divina que nos llena de esperanza y fortaleza en momentos de dificultad. Permítanme compartir con ustedes las profundas verdades contenidas en estas palabras sagradas.

En primer lugar, el Salmo 91:14 nos revela el amoroso llamado de Dios hacia nosotros: «Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré». ¡Qué consuelo y paz encontramos al saber que somos amados por el Todopoderoso! Dios nos ha elegido y nos ha dado su amor incondicional. No importa cuán grande sea nuestra aflicción o cuántas tormentas enfrentemos en la vida, Dios está con nosotros y nos libra de todo mal.

En segundo lugar, este pasaje nos asegura que Dios nos protege en tiempos de peligro: «Lo pondré en alto, porque ha conocido mi nombre». Nuestro Padre celestial nos conoce íntimamente, sabe quiénes somos y nos guarda bajo su ala protectora. Él nos levanta por encima de las circunstancias adversas y nos mantiene a salvo en su amor. No importa cuán amenazante parezca el mundo que nos rodea, Dios nos coloca en un lugar seguro donde ninguna fuerza maligna puede alcanzarnos.

Además, el Salmo 91:15 nos revela que Dios responde a nuestras oraciones: «Me invocará, y yo le responderé». Qué maravilloso es saber que nuestro amado Señor siempre está dispuesto a escucharnos y a responder nuestras súplicas. En los momentos de angustia, cuando clamamos a Dios con sinceridad y fe, Él viene en nuestro auxilio y nos brinda su consuelo y dirección. Nunca estamos solos en nuestras luchas, porque el Dios todopoderoso está a nuestro lado, atento a nuestras necesidades y dispuesto a obrar en nuestro favor.

Finalmente, en el Salmo 91:16 encontramos una promesa de bendición y larga vida: «Con largura de días saciaré, y le mostraré mi salvación». Dios no solo nos protege y responde a nuestras oraciones, sino que también nos concede una vida plena y abundante. Él nos ofrece la bendición de vivir una vida llena de propósito y significado, y nos muestra su salvación eterna a través de Jesucristo. En sus manos encontramos la plenitud de vida que anhelamos, y la seguridad de una eternidad junto a Él.

Queridos hermanos y hermanas, mientras meditamos en estas palabras sagradas, seamos recordados de que somos amados, protegidos y bendecidos por el Dios todopoderoso. No importa cuán difíciles sean las pruebas que enfrentemos, podemos confiar en que Él está con nosotros, librando nuestras batallas y guiándonos en victoria. ¡Qué gozo es encontrar refugio en el amor y la fidelidad de nuestro Padre celestial!

Que nuestras vidas sean testimonios vivientes de las promesas contenidas en Salmo 91:14-16. Oremos para que el Espíritu Santo nos fortalezca y nos ayude a vivir bajo la sombra del Altísimo, confiando en su protección y experimentando su amor sin límites. Que cada día podamos recordar estas palabras de poder y avivar nuestra fe en el Dios que nos llama y nos da vida.

Recordemos siempre estas palabras de aliento y esperanza: «Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; lo pondré en alto, porque ha conocido mi nombre. Me invocará, y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; lo libraré y le glorificaré. Con largura de días saciaré, y le mostraré mi salvación» (Salmo 91:14-16).

Que Dios los bendiga y los guarde bajo su amoroso abrazo. Amén.


Salmo 91:14-16 – El Amoroso Llamado de Dios

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy nos reunimos para reflexionar sobre las poderosas palabras del Salmo 91:14-16. Estos versículos encierran un mensaje de amor, protección y promesa divina que nos llena de esperanza y fortaleza en momentos de dificultad. Permítanme compartir con ustedes las profundas verdades contenidas en estas palabras sagradas.

En primer lugar, el Salmo 91:14 nos revela el amoroso llamado de Dios hacia nosotros: «Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré». ¡Qué consuelo y paz encontramos al saber que somos amados por el Todopoderoso! Dios nos ha elegido y nos ha dado su amor incondicional. No importa cuán grande sea nuestra aflicción o cuántas tormentas enfrentemos en la vida, Dios está con nosotros y nos libra de todo mal.

En segundo lugar, este pasaje nos asegura que Dios nos protege en tiempos de peligro: «Lo pondré en alto, porque ha conocido mi nombre». Nuestro Padre celestial nos conoce íntimamente, sabe quiénes somos y nos guarda bajo su ala protectora. Él nos levanta por encima de las circunstancias adversas y nos mantiene a salvo en su amor. No importa cuán amenazante parezca el mundo que nos rodea, Dios nos coloca en un lugar seguro donde ninguna fuerza maligna puede alcanzarnos.

Además, el Salmo 91:15 nos revela que Dios responde a nuestras oraciones: «Me invocará, y yo le responderé». Qué maravilloso es saber que nuestro amado Señor siempre está dispuesto a escucharnos y a responder nuestras súplicas. En los momentos de angustia, cuando clamamos a Dios con sinceridad y fe, Él viene en nuestro auxilio y nos brinda su consuelo y dirección. Nunca estamos solos en nuestras luchas, porque el Dios todopoderoso está a nuestro lado, atento a nuestras necesidades y dispuesto a obrar en nuestro favor.

Finalmente, en el Salmo 91:16 encontramos una promesa de bendición y larga vida: «Con largura de días saciaré, y le mostraré mi salvación». Dios no solo nos protege y responde a nuestras oraciones, sino que también nos concede una vida plena y abundante. Él nos ofrece la bendición de vivir una vida llena de propósito y significado, y nos muestra su salvación eterna a través de Jesucristo. En sus manos encontramos la plenitud de vida que anhelamos, y la seguridad de una eternidad junto a Él.

Queridos hermanos y hermanas, mientras meditamos en estas palabras sagradas, seamos recordados de que somos amados, protegidos y bendecidos por el Dios todopoderoso. No importa cuán difíciles sean las pruebas que enfrentemos, podemos confiar en que Él está con nosotros, librando nuestras batallas y guiándonos en victoria. ¡Qué gozo es encontrar refugio en el amor y la fidelidad de nuestro Padre celestial!

Que nuestras vidas sean testimonios vivientes de las promesas contenidas en Salmo 91:14-16. Oremos para que el Espíritu Santo nos fortalezca y nos ayude a vivir bajo la sombra del Altísimo, confiando en su protección y experimentando su amor sin límites. Que cada día podamos recordar estas palabras de poder y avivar nuestra fe en el Dios que nos llama y nos da vida.

Recordemos siempre estas palabras de aliento y esperanza: «Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; lo pondré en alto, porque ha conocido mi nombre. Me invocará, y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; lo libraré y le glorificaré. Con largura de días saciaré, y le mostraré mi salvación» (Salmo 91:14-16).

Que Dios los bendiga y los guarde bajo su amoroso abrazo. Amén.