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Salmo 91:5, ¡Bajo sus alas encontrarás refugio!


Salmo 91:5 – La Protección que Proviene de lo Alto

¡Bendiciones a todos los amados hermanos y hermanas en Cristo!

Hoy quiero compartir con ustedes una poderosa promesa que se encuentra en el Salmo 91:5, que nos habla de la protección divina que nos rodea. Este versículo nos recuerda que no debemos temer a ningún peligro que aceche en la oscuridad, ni a ninguna calamidad que se desate a plena luz del día. Permítanme compartir con ustedes cómo este versículo puede transformar nuestras vidas y renovar nuestra fe en el Señor.

En primer lugar, es importante destacar que el Salmo 91 fue escrito por el rey David, un hombre que experimentó numerosas batallas y peligros en su vida. David entendió la importancia de confiar en Dios en medio de las pruebas y tribulaciones. En este Salmo, él nos muestra cómo podemos encontrar refugio seguro en la presencia de nuestro Padre celestial.

Cuando leemos el Salmo 91:5, podemos sentir la paz y la seguridad que provienen de la promesa de protección divina. Dice así: «No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día». Estas palabras nos aseguran que no importa cuál sea nuestra situación, Dios está con nosotros en todo momento. No hay peligro que pueda dañarnos si confiamos en Su poder y nos refugiamos en Su amor.

Imaginen un soldado en medio de una batalla, rodeado de enemigos por todas partes. En ese momento, el soldado podría sentir miedo e incertidumbre, pero si recuerda el Salmo 91:5, encontrará fortaleza y valentía. Sabrá que Dios es su protector y que ninguna flecha lanzada en su contra podrá alcanzarlo. ¡Qué hermosa promesa!

Asimismo, esta promesa también se aplica a nuestras vidas cotidianas. Todos enfrentamos desafíos y dificultades en nuestro camino, ya sea en el trabajo, en nuestras relaciones o en nuestra salud. Pero no debemos temer, porque nuestro Dios está con nosotros. No importa cuán oscuros sean nuestros días, ni cuántos obstáculos se presenten ante nosotros, el Salmo 91:5 nos asegura que Dios es nuestra fortaleza y nuestro amparo.

Quiero animarlos, amados hermanos y hermanas, a que mediten en esta promesa cada día. Recuerden que el temor no proviene de Dios, sino que es el enemigo quien intenta infundirnos miedo y desesperanza. Sin embargo, cuando confiamos en el Señor y nos aferramos a Su Palabra, podemos superar cualquier adversidad que se presente en nuestro camino.

Enfrentemos cada día con la seguridad y la confianza de aquellos que saben que están protegidos por el Todopoderoso. No permitamos que el miedo nos paralice o nos desanime. Recuerden el Salmo 91:5 y declárenlo en voz alta: «No temeré el terror nocturno, ni saeta que vuele de día». Esta es nuestra declaración de fe, nuestra afirmación de confianza en el Señor.

Finalmente, quiero animarlos a orar el Salmo 91:5 sobre sus vidas y sobre las vidas de sus seres queridos. Clamen a Dios para que los cubra con Su protección divina y los libre de todo mal. Confíen en que Él escucha nuestras oraciones y que siempre está dispuesto a extendernos Su mano poderosa.

En conclusión, el Salmo 91:5 nos recuerda que no debemos temer ningún peligro, ya sea en la oscuridad de la noche o en plena luz del día. Dios es nuestro protector y nuestra fortaleza en todo momento. Confíen en Su poder y en Su amor incondicional. Recuerden siempre esta hermosa promesa y declárenla sobre sus vidas y las vidas de sus seres queridos.

«¡No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día!»

Que esta promesa sea una fuente de inspiración y fortaleza en sus vidas. Que el Señor los bendiga y los guarde siempre bajo Su manto protector.

Amén.

Salmo 91:5 – La Protección que Proviene de lo Alto