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Salmos 111: Descubre la alabanza suprema a Dios


Salmos 111:1-10 – «¡Aleluya! Alabaré a Jehová de todo corazón en la compañía y congregación de los rectos. Grandes son las obras de Jehová, buscadas de todos los que las quieren. Gloriosas y magníficas son sus obras, y su justicia permanece para siempre. Ha hecho memorables sus maravillas; clemente y misericordioso es Jehová. Ha dado alimento a los que le temen; para siempre se acordará de su pacto. Ha mostrado a su pueblo la fuerza de sus obras, dándole la herencia de las naciones. Las obras de sus manos son verdad y juicio; fieles son todos sus mandamientos, afirmados eternamente y para siempre, hechos en verdad y en rectitud. Envió redención a su pueblo; ordenó para siempre su pacto; santo y temible es su nombre. El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos; ¡su loor permanece para siempre!»

Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Hoy nos reunimos para reflexionar sobre el poderoso Salmo 111, un canto de alabanza y adoración que nos invita a reconocer las grandiosas obras de nuestro amado Señor Jehová. Este salmo es un recordatorio de que Dios es digno de nuestra adoración y que su justicia y misericordia perduran para siempre.

En el versículo 1, el salmista proclama: «¡Aleluya! Alabaré a Jehová de todo corazón en la compañía y congregación de los rectos». Nos invita a alabar a Dios con todo nuestro corazón, no solo de manera individual, sino también en comunidad, en la compañía de aquellos que también reconocen su grandeza. Cuando nos unimos en alabanza y adoración, nuestras voces se elevan hacia el cielo como un testimonio de nuestra fe y gratitud hacia el Señor.

El Salmo 111 continúa resaltando las obras maravillosas de Jehová y su fidelidad a su pueblo. En el versículo 4, leemos: «Ha hecho memorables sus maravillas; clemente y misericordioso es Jehová». Dios ha demostrado su poder y amor a lo largo de la historia, desde la creación del mundo hasta la redención de su pueblo. Él es clemente y misericordioso, siempre dispuesto a perdonar y restaurar a aquellos que se acercan a Él en humildad y arrepentimiento.

Además, en el versículo 9, el salmista nos recuerda: «Envió redención a su pueblo; ordenó para siempre su pacto; santo y temible es su nombre». Dios no solo nos ha redimido a través del sacrificio de su Hijo Jesucristo, sino que también ha establecido un pacto eterno con nosotros. Su nombre es santo y temible, y debemos reverenciarlo y honrarlo en nuestras vidas.

El Salmo 111 también nos enseña una lección invaluable en el versículo 10: «El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos; ¡su loor permanece para siempre!». El temor de Jehová no se refiere a un miedo paralizante, sino a un profundo respeto y reverencia hacia su autoridad y santidad. Cuando tememos a Dios, somos guiados hacia la sabiduría y el entendimiento de sus caminos. Aquellos que obedecen sus mandamientos y viven según su voluntad experimentarán su gracia y bendición en abundancia.

Hermanos y hermanas, hoy somos llamados a reflexionar sobre el Salmo 111 y a reconocer las grandes obras de Jehová en nuestras vidas. Alabémosle con todo nuestro corazón, en comunidad y en solitario, por su clemencia y misericordia. Recordemos que Dios ha enviado redención a su pueblo y ha establecido un pacto eterno con nosotros. Temamos al Señor y sigamos sus mandamientos, para que podamos caminar en sabiduría y experimentar su loor permanente.

En conclusión, el Salmo 111 nos recuerda que Jehová es digno de toda alabanza y adoración. Sus obras son grandiosas y su justicia perdura para siempre. Reconozcamos sus maravillas y vivamos en obediencia a sus mandamientos. Que nuestro temor y reverencia a Dios sean el fundamento de nuestra sabiduría y entendimiento. ¡Aleluya y amén!

Salmos 111:1-10 – «¡Aleluya! Alabaré a Jehová de todo corazón en la compañía y congregación de los rectos. Grandes son las obras de Jehová, buscadas de todos los que las quieren. Gloriosas y magníficas son sus obras, y su justicia permanece para siempre. Ha hecho memorables sus maravillas; clemente y misericordioso es Jehová. Ha dado alimento a los que le temen; para siempre se acordará de su pacto. Ha mostrado a su pueblo la fuerza de sus obras, dándole la herencia de las naciones. Las obras de sus manos son verdad y juicio; fieles son todos sus mandamientos, afirmados eternamente y para siempre, hechos en verdad y en rectitud. Envió redención a su pueblo; ordenó para siempre su pacto; santo y temible es su nombre. El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos; ¡su loor permanece para siempre!»