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Salmos 115:16 revela: ¡Dios te ha dado la tierra!


Salmos 115:16 (RVR 1960): «Los cielos son los cielos de Jehová; Y ha dado la tierra a los hijos de los hombres.»

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy me gustaría compartir con ustedes una poderosa verdad que se encuentra en el libro de Salmos. En el Salmo 115:16, podemos leer: «Los cielos son los cielos de Jehová; Y ha dado la tierra a los hijos de los hombres».

Esta declaración nos recuerda que todo lo que existe en el cielo y en la tierra pertenece a Dios, y Él es quien lo ha dado a los seres humanos como una bendición. ¿No es maravilloso pensar en esto? Imaginen, el Creador del universo ha puesto la tierra en nuestras manos.

Sin embargo, esta responsabilidad también conlleva un propósito divino. Dios nos ha dado la tierra para que la cuidemos y la administremos con sabiduría. No somos meros espectadores en este mundo, sino colaboradores de Dios en su plan para la humanidad.

Como ministros de Dios, es importante que recordemos esta verdad fundamental y la compartamos con aquellos a quienes servimos. No solo somos responsables de predicar la Palabra de Dios, sino también de enseñar a otros a ser buenos mayordomos de lo que Dios nos ha dado.

¿Cómo podemos ser buenos mayordomos de la tierra? En primer lugar, debemos reconocer que todo lo que tenemos proviene de Dios. Nada de lo que poseemos es realmente nuestro, sino un regalo de Dios. Cuando reconocemos esto, cultivamos una actitud de gratitud y humildad en nuestras vidas.

En segundo lugar, debemos cuidar y preservar la creación de Dios. Esto implica cuidar del medio ambiente y tomar decisiones que sean sostenibles y respetuosas con la naturaleza. Dios nos ha dado la responsabilidad de ser buenos administradores de la tierra, y eso incluye cuidar de ella para las generaciones futuras.

En tercer lugar, debemos usar los recursos que Dios nos ha dado para el bienestar común. Dios nos ha bendecido con habilidades, talentos y recursos materiales, no solo para nuestro propio beneficio, sino también para bendecir a los demás. Debemos ser generosos y compasivos, compartiendo lo que tenemos con aquellos que lo necesitan.

Cuando vivimos de acuerdo con estos principios, nos convertimos en testimonios vivientes del amor y el cuidado de Dios por su creación. Nuestra forma de vida reflejará la belleza y la bondad de Dios, y atraerá a otros hacia Él.

Queridos hermanos y hermanas, hoy los animo a reflexionar sobre esta poderosa verdad: «Los cielos son los cielos de Jehová; Y ha dado la tierra a los hijos de los hombres». Reconozcamos la magnanimidad de nuestro Dios y asumamos nuestra responsabilidad como mayordomos de la tierra.

Recordemos que Dios nos ha dado la tierra como un regalo maravilloso y que debemos usarla de manera sabia y responsable. No olvidemos que somos colaboradores de Dios en su plan para la humanidad y que nuestras acciones tienen un impacto en el mundo que nos rodea.

Oremos para que Dios nos guíe y nos dé la sabiduría necesaria para ser buenos administradores de la tierra. Que nuestras vidas reflejen su amor y cuidado por la creación, y que podamos ser instrumentos de bendición para aquellos que nos rodean.

«Los cielos son los cielos de Jehová; Y ha dado la tierra a los hijos de los hombres». Amén.

[Salmos 115:16 (RVR 1960)]