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Salmos 139:8: En busca de la presencia divina en todo lugar


Salmos 139:8 – “Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.”

¡Queridos hermanos y hermanas en Cristo, que la paz del Señor esté con todos ustedes!

Hoy, quiero compartir con ustedes una verdad inspiradora y reconfortante encontrada en el Salmo 139:8. Este versículo nos dice: “Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.” En este versículo, el salmista nos recuerda que no importa dónde vayamos, Dios siempre está con nosotros.

Es fácil sentirnos solos y desamparados en este mundo. A veces, podemos sentir que nadie entiende nuestras luchas o nuestras cargas. Sin embargo, el Salmo 139:8 nos asegura que incluso en los momentos más oscuros, Dios está allí con nosotros. No importa si nos encontramos en la cima de una montaña o en el valle más profundo, Dios está presente. Su amor y su presencia nunca nos abandonan.

Imagínense subiendo a los cielos, explorando los misterios del universo. Incluso en ese lugar tan majestuoso, Dios está allí. Su gloria y su poder se extienden hasta los confines del cosmos. No hay un rincón del universo donde su presencia no pueda ser encontrada. ¡Qué maravilloso es saber que el Creador del universo está siempre a nuestro lado!

Pero también hay momentos en los que nos encontramos en el Seol, el lugar de los muertos, el abismo más profundo. A veces, nuestras vidas pueden parecer un caos, llenas de dolor y desesperación. Sin embargo, el Salmo 139:8 nos asegura que incluso en esos momentos de oscuridad, Dios está allí. Él no nos abandona ni nos deja solos en nuestro sufrimiento. Su amor y su consuelo son nuestro refugio en medio de la tormenta.

Dios está presente en todas las circunstancias de nuestra vida. No importa si estamos en la cima del mundo o en lo más profundo del abismo, Él está allí con nosotros. No hay lugar demasiado lejos o demasiado oscuro para que su amor y su gracia nos alcancen. Podemos confiar en que nunca estamos solos, porque nuestro Padre celestial nunca nos abandona.

En estos tiempos difíciles que estamos viviendo, donde la incertidumbre y el temor pueden apoderarse de nuestros corazones, es fundamental recordar la promesa de Dios en el Salmo 139:8. No importa cuán desafiante sea la situación en la que nos encontremos, podemos estar seguros de que Dios está con nosotros. Su amor es más fuerte que cualquier adversidad y su presencia es nuestra fortaleza.

Que esta verdad nos llene de esperanza y nos dé aliento en medio de cualquier prueba que enfrentemos. No importa dónde nos encontremos, Dios está allí. Él nos sustenta, nos guía y nos cuida con amor infinito. Nos invita a confiar en Él y a poner nuestra fe en sus promesas.

Así que, hermanos y hermanas, recordemos siempre el Salmo 139:8: “Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.” Que esta verdad nos fortalezca y nos inspire a vivir cada día confiando en el Dios que está con nosotros en todo momento.

Recuerden, no importa dónde vayamos, Dios siempre está con nosotros. ¡Gloria a Dios por su amor eterno!

Salmos 139:8 – “Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.”