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Salmos 16:5: El Señor, mi herencia y copa, ¡mi porción y mi caliz!


Salmos 16:5 – «Jehová, el copa de mi herencia y de mi copa; tú eres el que sostienes mi suerte.»

Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Qué alegría es estar aquí hoy, compartiendo juntos la Palabra de Dios. En este precioso salmo, el Salmo 16, encontramos un versículo que nos llena de esperanza y nos recuerda la fidelidad de nuestro amado Señor. Salmos 16:5 nos dice: «Jehová, el copa de mi herencia y de mi copa; tú eres el que sostienes mi suerte».

¿Alguna vez has sentido que tu vida está fuera de control? ¿Has experimentado momentos en los que parece que la suerte está en tu contra? En medio de la incertidumbre y las dificultades, es fácil caer en la desesperación y perder la esperanza. Sin embargo, el Salmo 16 nos ofrece una perspectiva diferente. Nos muestra que, en lugar de depender de la suerte, debemos confiar en Dios como nuestro sustento y herencia.

Dios es nuestro copa, nuestra porción, aquello que nos pertenece. Él no solo nos provee físicamente, sino que también nos da una herencia espiritual inigualable. En Él encontramos toda bendición y plenitud. No importa cuán incierta sea nuestra situación o cuántos obstáculos enfrentemos, podemos confiar en que Dios es nuestro sustento constante.

Imagina por un momento que estás sosteniendo una copa en tus manos. Esta copa representa todo lo que tienes en la vida: tus posesiones, tus relaciones, tus logros. Ahora, imagina que esta copa es sostenida por Dios mismo. Él es el que sostiene tu suerte, tu destino. No importa cuán frágil pueda parecer esa copa, Dios la sostiene firmemente en Sus manos poderosas. Él no permitirá que se rompa ni que se derrame. Nuestra suerte está segura en Él.

Cuando confiamos en Dios como nuestro copa y nuestro sustento, experimentamos una paz que supera todo entendimiento. No importa lo que suceda en nuestra vida, sabemos que Dios está a nuestro lado, cuidándonos y guiándonos. Podemos enfrentar los desafíos con valentía y esperanza, sabiendo que nuestra suerte está en las manos de Aquel que nos ama incondicionalmente.

Hermanos y hermanas, este versículo es un recordatorio poderoso de que no estamos solos en este camino de fe. Dios está con nosotros en cada paso del camino, sosteniendo nuestra suerte y guiando nuestros pasos. Nosotros, como creyentes, tenemos una herencia eterna en Cristo Jesús. Somos hijos e hijas de Dios, coherederos con Cristo. Nuestra suerte está asegurada en Él y no en las circunstancias que nos rodean.

No importa cuáles sean las pruebas o dificultades que enfrentemos, podemos aferrarnos a la promesa de Dios en Salmos 16:5. Él es nuestro copa, nuestro sustento y nuestra herencia. En Él encontramos todo lo que necesitamos y más. Que esta verdad nos inspire a vivir con confianza y esperanza, sabiendo que Dios está a nuestro lado en cada momento.

Hermanos y hermanas, recordemos siempre que nuestra suerte está en las manos de Dios. No dependemos de la suerte o las circunstancias, sino de nuestro amado Padre celestial. Él es el que sostiene nuestra copa y nos provee con todo lo que necesitamos. Confíemos en Él, pongamos nuestra esperanza en Su fidelidad y experimentemos la paz que solo Él puede dar.

Que este versículo de Salmos 16:5 sea una fuente de inspiración y fortaleza en tu vida. Confía en Dios, Él es tu copa de herencia y sostiene tu suerte. ¡Adelante, querido hermano, querida hermana, confía en el Señor y deja que Él guíe tus pasos!

Salmos 16:5 – «Jehová, el copa de mi herencia y de mi copa; tú eres el que sostienes mi suerte».

Amén y amén.

Salmos 16:5 – «Jehová, el copa de mi herencia y de mi copa; tú eres el que sostienes mi suerte».