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Salmos 22:22: Un clamor de esperanza y alabanza


Salmos 22:22 – «Anunciaré tu nombre a mis hermanos; en medio de la congregación te alabaré.»

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, me siento honrado de poder compartir con ustedes hoy sobre el poder y la bendición que encontramos en el Salmo 22:22. Este versículo nos recuerda el llamado que tenemos como creyentes de anunciar el nombre del Señor y alabarle en medio de la congregación.

El Salmo 22 es un salmo profético que describe el sufrimiento del Mesías y su posterior victoria. Jesucristo, nuestro Salvador, citó este salmo cuando estaba en la cruz, cumpliendo así la profecía y mostrando cómo su sufrimiento traería redención y salvación a toda la humanidad.

En el versículo 22, el salmista declara su compromiso de proclamar el nombre de Dios a sus hermanos y hermanas. Esta es una llamada poderosa para nosotros como creyentes de hacer lo mismo. En medio de la congregación, debemos alabar al Señor y compartir Su nombre con todos aquellos que nos rodean.

¿Por qué es tan importante anunciar el nombre de Dios? Porque Su nombre es poderoso y trae salvación. En el libro de Hechos, Pedro nos dice: «Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos» (Hechos 4:12). El nombre de Jesús es el único camino hacia la salvación y es nuestro deber como seguidores de Cristo compartir esa verdad con todos.

Al proclamar el nombre de Dios, también estamos recordando Su fidelidad y amor incondicional. Cuando alabamos al Señor en medio de la congregación, estamos recordando a nuestros hermanos y hermanas que Dios siempre está presente, que Él nunca nos abandona y que siempre cumple Sus promesas. Nuestro testimonio y alabanza pueden ser una fuente de fortaleza y esperanza para aquellos que están pasando por tiempos difíciles.

Además, al alabar a Dios en medio de la congregación, estamos creando un ambiente propicio para la presencia del Espíritu Santo. La Biblia nos dice en Salmo 22:3: «Mas tú eres Santo, tú que habitas entre las alabanzas de Israel.» Cuando nos reunimos como comunidad de creyentes y levantamos nuestras voces en alabanza, el Espíritu Santo se mueve entre nosotros y nos llena de Su poder y unción.

Hermanos y hermanas, no subestimemos el poder de la alabanza y la adoración en nuestras vidas y en la vida de la Iglesia. Cuando nos unimos en alabanza y proclamamos el nombre de Dios, estamos invitando Su presencia y Su gloria a nuestras vidas y a nuestras congregaciones.

Que el Salmo 22:22 sea un recordatorio constante para nosotros de nuestro llamado a anunciar el nombre de Dios y alabarlo en medio de la congregación. Que nuestra alabanza sea un testimonio vivo de Su fidelidad y amor incondicional. Y que, a través de nuestra adoración, experimentemos la presencia poderosa del Espíritu Santo en nuestras vidas.

Hermanos y hermanas, hoy les animo a levantar sus voces en alabanza y adoración al Señor. Anunciemos Su nombre a nuestros hermanos y hermanas, y juntos, experimentemos el poder transformador de nuestra adoración.

En el nombre de Jesús, amén.

Salmos 22:22 – «Anunciaré tu nombre a mis hermanos; en medio de la congregación te alabaré.»