Salmos 31:23 – “Amad a Jehová, todos vosotros sus santos; A los fieles guarda Jehová, Y paga abundantemente al que procede con soberbia.”
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy nos reunimos para reflexionar sobre el poderoso mensaje que nos trae el Salmo 31:23. Este versículo nos insta a amar y adorar a nuestro Dios Todopoderoso, reconociendo su fidelidad hacia aquellos que le siguen y confían en Él. Además, nos recuerda que Dios no tolera la soberbia, sino que recompensa abundantemente a aquellos que se humillan delante de Él.
Como cristianos, es nuestro deber amar y adorar a Jehová, el Dios del universo. Él merece toda nuestra reverencia y alabanza, y debemos ofrecerle nuestra devoción sincera. Al amar a Dios, demostramos nuestra gratitud por su amor incondicional hacia nosotros. Es un amor que no puede ser comparado con ningún otro, es un amor eterno y fiel.
El Salmo 31:23 también nos enseña que Dios guarda a los fieles. Aquellos que han entregado sus vidas a Él y han confiado en su poder y en su palabra, son protegidos y cuidados por el Señor. Nuestro Dios es un refugio seguro en tiempos de dificultad y adversidad. Él nos sostiene, nos fortalece y nos guía por caminos justos.
No obstante, también debemos tener cuidado con la soberbia. La arrogancia y la altivez son actitudes que Dios aborrece. Él nos llama a ser humildes y a reconocer que nuestro poder y nuestra sabiduría provienen únicamente de Él. Al ser humildes, reconocemos que somos dependientes de Dios y que necesitamos de su gracia y misericordia en nuestras vidas.
El Salmo 31:23 nos promete que Dios recompensa abundantemente a aquellos que proceden con soberbia. Sin embargo, esta recompensa no se trata de riquezas materiales o logros terrenales. La verdadera recompensa se encuentra en la comunión con Dios, en su amor y en su paz que trasciende todo entendimiento. Es una recompensa espiritual que llena nuestros corazones y nos da gozo en medio de las pruebas.
Hermanos y hermanas, amemos a Jehová con todo nuestro ser. Dediquemos nuestras vidas a servirle y a adorarle en espíritu y en verdad. Confíemos en su fidelidad y en su protección, sabiendo que Él nunca nos abandonará ni nos dejará. Renunciemos a la soberbia y humillemos nuestros corazones delante de Él, reconociendo que todo lo que tenemos y somos, proviene de su gracia y su amor.
En conclusión, el Salmo 31:23 nos anima a amar a Jehová, a confiar en su fidelidad y a humillarnos delante de Él. Dios nos guarda y nos protege, pero aborrece la soberbia. Recibamos la recompensa espiritual que Él tiene preparada para nosotros, y vivamos en comunión con Él todos los días de nuestras vidas.
Amados hermanos y hermanas, les invito a meditar en el poder de este versículo y a aplicarlo en nuestra vida diaria. Amemos a Jehová, confiemos en su fidelidad y humillemos nuestros corazones delante de Él. Que el Salmo 31:23 sea una guía constante en nuestra adoración y en nuestro caminar con Dios.
“Amad a Jehová, todos vosotros sus santos; A los fieles guarda Jehová, Y paga abundantemente al que procede con soberbia.” – Salmos 31:23
Que el amor y la gracia de nuestro Señor estén con todos ustedes. Amén.