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Salmos 3:5, Un Refugio en la Noche


Salmos 3:5 – “Yo me acosté y dormí, y desperté, porque Jehová me sustentaba.”

Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Hoy quiero compartir con ustedes una poderosa promesa que encontramos en el libro de Salmos, capítulo 3, versículo 5. En este versículo, el salmista David nos muestra cómo confió en Dios en medio de las adversidades y cómo experimentó su fidelidad.

David, en este Salmo, nos relata las circunstancias difíciles que estaba enfrentando. Nos habla de sus enemigos que se levantaron en su contra, de la multitud que lo rodeaba con palabras de desaliento y de aquellos que dudaban de la protección divina sobre su vida. A pesar de todo esto, David no perdió la esperanza y puso su confianza en Dios.

En el versículo 5, encontramos una declaración sorprendente de David: “Yo me acosté y dormí, y desperté, porque Jehová me sustentaba”. A pesar de las preocupaciones y los peligros que lo rodeaban, David pudo encontrar descanso y paz en la presencia de Dios. Él confió en que el Señor estaba a su lado, cuidándolo y protegiéndolo en todo momento.

Esta declaración de confianza de David nos enseña una importante lección. En medio de las tormentas de la vida, cuando los problemas parecen abrumadores y las circunstancias nos desbordan, podemos encontrar descanso y paz en Dios. Él es nuestro refugio seguro, nuestra fortaleza y sustento en tiempos de dificultad.

Hermanos y hermanas, ¿cuántas veces nos hemos encontrado en situaciones difíciles y hemos perdido el sueño por la preocupación y el temor? ¿Cuántas veces hemos permitido que las circunstancias nos roben la paz y nos hagan dudar del cuidado y la fidelidad de Dios? Pero la verdad es que, al igual que David, podemos descansar en la certeza de que Dios nos sustenta.

Dios es nuestro proveedor y protector. Él conoce cada una de nuestras necesidades y está dispuesto a suplirlas. Cuando confiamos en él, podemos acostarnos y dormir en paz, sabiendo que él está obrando en nuestro favor. No importa cuán grandes sean los desafíos que enfrentamos, Dios es más grande y poderoso.

Hermanos y hermanas, les animo a que confíen en Dios en todo momento. No importa cuán oscuro sea el camino que estén atravesando, recuerden que él es fiel y que nunca nos abandonará. Podemos descansar en su amor y cuidado, sabiendo que él tiene el control de nuestras vidas.

Así como David confió en Dios y experimentó su sustento, también podemos confiar en él y experimentar su fidelidad en nuestras vidas. No permitamos que las dificultades nos roben la paz y la confianza en Dios. Recordemos siempre las palabras de David: “Yo me acosté y dormí, y desperté, porque Jehová me sustentaba”.

En conclusión, hermanos y hermanas, no importa cuáles sean las circunstancias que enfrentemos, recordemos siempre que podemos encontrar descanso y paz en la presencia de Dios. Confíen en él y experimentarán su sustento y fidelidad en sus vidas. Que el Salmo 3:5 sea una declaración constante en nuestros corazones: “Yo me acosté y dormí, y desperté, porque Jehová me sustentaba”.

Que Dios les bendiga abundantemente.

Salmos 3:5 – “Yo me acosté y dormí, y desperté, porque Jehová me sustentaba.”