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Salmos 35: Una Poderosa Invocación Divina para Vencer a tus Enemigos


Salmos 35: Un llamado a confiar en el poder de Dios

¡Saludos, amados hermanos y hermanas en Cristo! Hoy quiero compartir con ustedes un pasaje inspirador de la Palabra de Dios: Salmos 35. Este salmo nos invita a confiar en el poder y la justicia de nuestro Señor en medio de las adversidades y los ataques de nuestros enemigos. Es un recordatorio de que, aunque enfrentemos luchas y persecuciones, Dios está a nuestro lado y luchará nuestras batallas.

En este bello salmo, el salmista clama a Dios pidiendo su protección y su intervención divina. Nos muestra la realidad de un mundo lleno de injusticias y maldad, donde los enemigos acechan y buscan nuestra destrucción. Sin embargo, en medio de todas estas dificultades, el salmista encuentra consuelo en la certeza de que Dios es su defensor y que Él peleará por él.

Hermanos y hermanas, ¿no es maravilloso saber que tenemos un Dios poderoso y justo que está dispuesto a luchar por nosotros? En momentos de angustia y desesperación, podemos alzar nuestros ojos hacia el cielo y clamar como el salmista: «¡Aboga, oh Jehová, con los que contra mí contienden; pelea contra los que me combaten!» (Salmos 35:1).

Es importante destacar que el salmista no busca venganza contra sus enemigos, sino que deja en manos de Dios la justicia y el castigo. Él confía plenamente en que Dios es el único que puede juzgar de manera justa y equitativa. Por eso, nos anima a confiar en que Dios hará justicia en su tiempo perfecto: «Sean avergonzados y confundidos los que buscan mi vida; sean vueltos atrás y avergonzados los que mi mal intentan» (Salmos 35:4).

Queridos hermanos y hermanas, aunque enfrentemos situaciones difíciles y parezca que los enemigos prevalecen, no debemos temer ni desmayar. Dios está de nuestro lado y peleará nuestras batallas. Él nos rodea con su amor y su protección: «Eres tú mi refugio; me guardarás de la angustia; con cánticos de liberación me rodearás. » (Salmos 35:7).

En momentos de tribulación, debemos recordar que nuestra fe en Dios es nuestra fortaleza. Él es nuestra roca, nuestro escudo y nuestro defensor. No importa cuán grande sea el enemigo, Dios es aún más grande. No importa cuánto nos ataquen, Dios será nuestra fortaleza y nos sostendrá: «Mi alma se alegrará en Jehová; se regocijará en su salvación. » (Salmos 35:9).

Queridos hermanos y hermanas, no olvidemos que, aunque enfrentemos adversidades y persecuciones, tenemos un Dios que está dispuesto a luchar nuestras batallas. Él es nuestro refugio, nuestra fortaleza y nuestro liberador. No importa cuán oscuro sea el valle por el que estemos pasando, Dios está con nosotros y nos llevará a la victoria.

En conclusión, Salmos 35 es un llamado a confiar en el poder y la justicia de Dios en medio de las dificultades. Nos anima a clamar a Dios, nuestro defensor, y a confiar en que Él peleará nuestras batallas. Recordemos siempre que, aunque enfrentemos persecuciones y ataques, Dios está de nuestro lado y nos rodea con su amor y protección. ¡Confíemos en Él y pongamos nuestra fe en acción! Que este salmo sea un recordatorio constante de su poder y amor en nuestras vidas.

En el nombre de Jesús, amén.

Salmos 35: ¡Aboga, oh Jehová, con los que contra mí contienden; pelea contra los que me combaten!