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Salmos 71: Un refugio en tiempos de adversidad


Salmos 71: Un Refugio en Tiempos de Dificultad

¡Bendiciones a todos mis amados hermanos y hermanas en Cristo! Hoy quiero compartir con ustedes una porción de las Escrituras que ha sido una fuente de inspiración y consuelo para muchos a lo largo de los siglos. En medio de los desafíos y dificultades de la vida, Salmos 71 nos brinda una perspectiva valiosa y nos anima a confiar en Dios en todo momento.

Salmos 71 comienza con el salmista clamando a Dios: «En ti, oh SEÑOR, me refugio; no sea yo jamás avergonzado» (Salmos 71:1). Esta declaración poderosa nos recuerda que Dios es nuestro refugio y fortaleza en medio de las tormentas de la vida. Cuando enfrentamos pruebas y tribulaciones, podemos acudir a Él en busca de consuelo y protección. No importa cuán desesperada pueda parecer nuestra situación, podemos confiar en que Dios estará allí para sostenernos y guiarnos.

El salmista continúa expresando su confianza en Dios: «Tú eres mi esperanza, oh Señor DIOS; en ti he confiado desde mi juventud» (Salmos 71:5). Esta afirmación nos recuerda que nuestra esperanza está en el Señor. A lo largo de nuestra vida, hemos experimentado Su fidelidad y bondad, y podemos confiar en Él en cada etapa de nuestro camino. Él es nuestro apoyo constante, incluso desde nuestra juventud. No importa cuán larga o difícil sea nuestra jornada, Dios siempre está ahí, listo para sostenernos y fortalecernos.

En los versículos siguientes, el salmista reflexiona sobre la bondad y la protección de Dios a lo largo de los años: «Has sido mi refugio desde que fui concebido; de la matriz de mi madre tú eres mi protector» (Salmos 71:6). Estas palabras nos recuerdan que Dios ha estado con nosotros desde antes de nuestro nacimiento. Él nos conoce íntimamente y nos guarda en Sus brazos amorosos. Incluso antes de que entráramos a este mundo, Él ya tenía un plan y un propósito para nuestras vidas. Podemos descansar en la seguridad de que Él es nuestro protector y proveedor.

A medida que avanzamos en el salmo, el salmista continúa buscando a Dios en medio de la adversidad: «No me deseches en el tiempo de la vejez; cuando mi fuerza se acabe, no me desampares» (Salmos 71:9). Estas palabras nos muestran la vulnerabilidad y la necesidad del salmista. Nos recuerdan que, sin importar nuestra edad o estado físico, siempre necesitamos depender de Dios. Él es nuestra fortaleza en medio de la debilidad y nuestra esperanza en medio de la desesperanza. No importa cuán viejos o frágiles podamos sentirnos, Dios nunca nos desamparará.

En conclusión, Salmos 71 es un recordatorio poderoso de que Dios es nuestro refugio en tiempos de dificultad. Nos llama a confiar en Él en todo momento y a reconocer que Él es nuestra esperanza y protector. A medida que enfrentamos las pruebas y tribulaciones de la vida, podemos encontrar consuelo y fuerza en la certeza de que Dios está con nosotros. No importa cuán desesperada pueda parecer nuestra situación, Él es capaz de sostenernos y guiarnos.

Así que, mis amados hermanos y hermanas en Cristo, les animo a meditar en las palabras de Salmos 71. Permítanle ser un bálsamo para su alma y una fuente de inspiración en tiempos difíciles. Confíen en Dios y busquen Su refugio en todas las circunstancias. Recuerden siempre estas palabras: «En ti, oh SEÑOR, me refugio; no sea yo jamás avergonzado» (Salmos 71:1).

Que el Señor les bendiga y les fortalezca en su caminar diario. Amén.

Salmos 71: «En ti, oh SEÑOR, me refugio; no sea yo jamás avergonzado» (Salmos 71:1).