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Salmos 90: Reflexiones eternas sobre la fugacidad de la vida


Salmos 90: Un Llamado a la Reflexión y a la Esperanza

Salmos 90 es uno de los salmos más profundos y conmovedores que podemos encontrar en la Biblia. Escrito por Moisés, este salmo nos invita a reflexionar sobre nuestra mortalidad y la eternidad de Dios. Nos recuerda que la vida es fugaz y que solo en Dios encontramos nuestra verdadera fortaleza y esperanza.

En el versículo 1, Moisés comienza con una afirmación poderosa: «Señor, tú nos has sido refugio de generación en generación». Esta declaración revela la confianza y seguridad que Moisés tenía en Dios. A lo largo de su vida, Moisés experimentó la fidelidad de Dios y su protección constante. Él sabía que solo en Dios encontraba refugio y fortaleza en medio de las dificultades y desafíos.

En el versículo 2, Moisés nos recuerda la eternidad de Dios: «Antes que naciesen los montes y formases la tierra y el mundo, desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios». Este versículo nos muestra la grandeza y la infinitud de nuestro Creador. Dios existe desde antes de la creación del mundo y seguirá existiendo por toda la eternidad. Su amor y su poder no tienen límites, y podemos confiar plenamente en Él.

En el versículo 4, Moisés nos muestra la fragilidad de la vida humana: «Porque mil años delante de tus ojos son como el día de ayer, que pasó, y como una de las vigilias de la noche». Este versículo nos lleva a reflexionar sobre la brevedad de nuestra existencia en comparación con la eternidad de Dios. Nuestra vida en este mundo es efímera y pasajera, pero en Dios encontramos seguridad y consuelo.

A medida que avanzamos en el salmo, Moisés nos enseña a contar nuestros días para que podamos adquirir sabiduría. En el versículo 12, él nos dice: «Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría». Aquí, Moisés nos anima a vivir cada día con un propósito y una perspectiva eterna. No debemos dar por sentado el tiempo que se nos ha dado, sino aprovecharlo al máximo para glorificar a Dios y bendecir a los demás.

En los versículos 14 y 15, Moisés nos exhorta a buscar el favor y la presencia de Dios: «Sácianos de mañana con tu misericordia, y cantaremos y nos alegraremos todos nuestros días. Alégranos conforme a los días que nos afligiste, y los años en los cuales vimos el mal». Estos versículos nos muestran la importancia de buscar a Dios en todo momento, tanto en los momentos de alegría como en los de aflicción. Solo en su presencia encontramos verdadera satisfacción y gozo.

Al llegar al final del salmo, Moisés concluye con una oración poderosa: «Sálvanos y te rogamos, Señor; haz prosperar nuestra obra». Estas palabras nos recuerdan que, aunque nuestra vida en este mundo sea limitada, Dios tiene el poder de salvarnos y de dar propósito y significado a nuestra existencia. No importa cuáles sean las circunstancias que enfrentemos, podemos confiar en que Dios está obrando en nuestras vidas y que Él tiene un plan perfecto para nosotros.

En resumen, Salmos 90 nos llama a reflexionar sobre la brevedad de la vida y la eternidad de Dios. Nos recuerda la importancia de buscar a Dios en todo momento y vivir cada día con un propósito eterno. Aunque nuestra vida en este mundo sea fugaz, podemos encontrar refugio y fortaleza en Dios, quien es nuestro refugio de generación en generación.

Que estas palabras de Moisés en Salmos 90 resuenen en nuestros corazones y nos inspiren a confiar en Dios en medio de las pruebas y a vivir cada día con sabiduría y propósito. Que podamos recordar siempre que solo en Dios encontramos seguridad y esperanza verdaderas.

Salmos 90: «Señor, tú nos has sido refugio de generación en generación».